Uno de los grandes pros, aunque a veces contra, de la sociedad de la información es que casi ningún acto que pueda resultar polémico se escapa a los focos de la actualidad. Menos aún si lo protagoniza uno de los artistas más reconocidos de la historia musical española como es Raphael.
Un hecho que durante el prisma habitual se hubiera catalogado como positivo, como que el Wizink Center se encuentra a rebosar por la actuación del cantante, hoy en día se convierte en foco de críticas por las medidas restrictivas que afectan a toda la población.
El malestar que han producido las gradas a rebosar del centro de celebraciones lo ha plasmado el presentador Iker Jiménez en su programa 'Informe Covid'
Un acto «demencial»
Así lo catalogaba el también presentador de 'Cuarto Milenio'. «Me parece demencial que eso pase en este momento. Es inaudito y no le entiendo, sería un ejemplo gráfico de darle facilidades al virus. Es un ejemplo de que el ser humano hace cosas inexplicables» señala el comunicador.
El recinto de la Comunidad de Madrid albergó a más de 5.000 personas, algo que ha impactado a muchas personas pese a que el público asistente cumplió a rajatabla la norma de distanciamiento social y el porte de mascarilla.
La decisión se asemeja aún menos razonable cuando la propia comunidad de Madrid está sujeta durante estas Navidades a restricciones de reunión, con un límite hasta seis personas. Refiriéndose a este hecho, la mayoría de colaboradores apoyaron el argumento del conductor del programa.
«Es muy grave decirle a la gente, en estas fechas tan sensibles, que no nos vamos a reunir más de seis personas, ya que estamos hablando de burbujas y demás, y que permitamos dos conciertos en torno a las 5.000 entradas» apuntó Jiménez.
La nueva cepa del virus y la falta de información existente
Lo apuntaba el Ministro de Sanidad, Salvador Illa, afirmando que no existen evidencias científicas de que la nueva cepa del virus pueda resultar más contagiosa que la padecida hasta el momento. Se hacían eco de estas palabras los invitados al programa, que resaltaban la importancia de mantener las mismas medidas de prevención que se han llevado a cabo hasta ahora.
«Hay que ponerse la mascarilla, limitar los contactos, utilizar geles hidroalcohólicos y evitar este tipo de aglomeraciones que hoy se critican» mencionan aludiendo a los dos conciertos que celebró el cantante.
El asunto ha alcanzado tal nivel de politización que Manolo Saucedo, consejero delegado de Impulsa, la empresa encargada de gestionar el recinto de eventos, asegura que se cumplieron todas las medidas para velar por la seguridad de los ciudadanos.
En palabras del organizador se redujo el aforo al 30% más de lo requerido, se realizaron pruebas PCR para los trescientos trabajadores involucrados en la celebración, la entrada fue escalonada a través de cincuenta accesos simultáneos y se produjo una ventilación cada doce minutos que garantizó al máximo la calidad del aire.
El responsable también apuntó que se realizaron mediciones de la calidad del aire, tanto fuera como dentro del recinto. En todos los resultados que se llevaron a cabo el resultado fue completamente positivo. En un recinto de 160.000 metros cúbicos de aire se repartían 40 metros cúbicos por espectador.
Si se realiza una estimación a un salón de unos 30 metros cuadrados la relación sería de 10 metros cúbicos de aire por persona. Por consiguiente, en cualquier salón de medidas estándar de nuestros hogares habría cuatro veces menos cantidad de aire —suponiendo además que la corriente de renovación fuera continua— que en el Wizink Center, según la entidad organizadora del evento.