El buque oceanográfico Ángeles Alvariño ha encontrado dos objetos en el fondo del mar que podrían pertenecer a Tomás Gimeno. Se trata de la primera pista prometedora para resolver el caso de las niñas desaparecidas de Tenerife. La policía ha decidido ampliar la búsqueda con el sonar.
El hallazgo se ha producido justo cuando la misión de rastreo tocaba a su fin. Las tareas de búsqueda con el sonar y el robot marino acababan en teoría mañana. La Guardia Civil ya ha pedido una prórroga para continuar rastreando el fondo marino.
Fuentes oficiales de la investigación han confirmado a la agencia EFE que han encontrado dos objetos sospechosos en el fondo del mar. Estos objetos son una botella de oxígeno y una sábana. Creen que podrían pertenecer al padre secuestrador.
Pero este extremo aún no se ha confirmado. La tarea de la policía ahora es comprobar si los objetos son de Tomás Gimeno, el padre que desapareció con sus hijas, Anna y Olivia, el 27 de abril. Son una pieza clave para ayudar a resolver el caso.
Localizar el origen de los objetos
Las botellas de oxígeno de submarinismo llevan un número de identificación. Cada vez que se rellenan, se llevan a un lugar específico y queda registrado. Esto facilitará el trabajo de los agentes para determinar el origen de la botella.
El buque Ángeles Alvariño, equipado con un sonar de barrido lateral y un robot submarino, lleva siete días rastreando el fondo marino. Lo hace en una zona acotada donde se cree que Tomás pudo haber lastrado los bultos que llevaba la noche que desapareció.
Es la zona donde se encontró la embarcación de Tomás Gimeno a la deriva, a una milla del Puertito de Güímar. Se visualiza con detenimiento cada parte del fondo marino para tratar de identificar algún objeto y subirlo a la superficie.
La misión está respaldada por efectivos de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO). Más de setenta personas trabajan sin descanso en la búsqueda de las niñas por tierra, mar y aire. La investigación sigue bajo secreto de sumario.
Respalda la principal hipótesis
Según las imágenes de la cámara de seguridad del puerto, Tomás cargó dos bultos en su lancha y salió al mar. Después volvió sin bulto a tierra firme. Dos horas después volvió a salir y ya se le perdió el rastro.
Eso hace pensar a los investigadores que Tomás podría haber matado a las niñas y haberlas lastrado hacia el fondo del mar. Según esta hipótesis, volvió a tierra firme para cargar el teléfono y mandar mensajes a los suyos. Luego se habría quitado la vida.
Pero hasta ayer, el rastreo del fondo del mar no había dado resultados. Tampoco habían encontrado rastros orgánicos ni en la finca ni en el maletero de Tomás. Lo cual llevó a la policía a empezar a dudar de la hipótesis principal.
Primera pista prometedora del caso
El hallazgo de la bombona de oxígeno y la sábana es la primera prueba prometedora para acercarse a Tomás y a las niñas. Mientras, amigos del padre y la madre de las niñas mantienen la esperanza de encontrarles con vida.
Un amigo del padre secuestrador volvió a lanzar en las últimas horas la teoría de una fuga voluntaria a Sudamérica. Según explicó, la Guardia Civil está rastreando embarcaciones con rutas extrañas hacia el continente. Aunque no es una tarea sencilla.
Tomás Gimeno desapareció con sus dos hijas, Anna y OIivia, de uno y seis años, el 27 de abril. No toleraba la relación que mantenía su ex, Beatriz Zimmermann, con un hombre bastante mayor. Este fue el detonante para que se llevara a sus hijos, aún no se sabe exactamente con qué intención.
Una opción es que quisiera empezar una nueva vida lejos de España, lo cual respaldaría la teoría de que siguen vivos en otro continente. Otra opción es que decidiera matar a las niñas y más tarde suicidarse. Las tareas de búsqueda tendrán que resolver la incógnita, tarde o temprano.