Desde que la Ministra de Industria, Comercio y Turismo María Reyes Maroto, afirmara que podría ser posible el levantamiento de las restricciones de cara a la Semana Santa, suponiendo el reinicio de los viajes nacionales, muchos son los que pusieron el grito en el cielo, entre ellos gran parte de los expertos en Salud Pública.
Y es que los profesionales sanitarios se han manifestado en contra de la idea de ‘salvar’ la Semana Santa, visto el resultado nefasto que ha tenido intentar ‘salvar’ la Navidad, algo que ha provocado una tercera ola en nuestro país y no ha servido para mejorar la economía.
Es por eso que se teme que si se relajan las restricciones en Semana Santa, se podría provocar una cuarta ola sin precedentes, y más cuando en abril justo estaremos saliendo del pico de contagios que estamos experimentando actualmente. El semiconfinamiento que estamos viviendo desde hace meses tampoco ayuda, pues muchos expertos apuntan a que sería mejor un confinamiento duro de 10 días, y menos dañino para la economía.
Es por eso que, de no tomar medidas más duras, la transmisión comunitaria del virus todavía será alta para esas fechas porque no se habrá podido bajar la incidencia acumulada a menos de 25 casos por cada 100.000 habitantes, que es el porcentaje con el que se abrió la movilidad en España el pasado verano.
La inmunidad de grupo no se alcanzará en Semana Santa
Para quienes confían en que la vacuna nos permita ya una libre circulación para Semana Santa, hay malas noticias. Y es que los expertos no confían en que para esa época se haya alcanzado la inmunización suficiente de la población como para que se puedan reducir las restricciones, sobre todo teniendo en cuenta el lento ritmo con el que se está llevando a cabo la vacunación en nuestro país y en Europa, debido a los problemas de suministro de vacunas.
Así que el efecto rebaño (que gran parte de la población sea inmune al virus) parece inviable que se alcance en tan solo dos meses cuando llegue la campaña de Semana Santa, por lo que el Gobierno deberá recular en sus aspiraciones de permitir libre movilidad y eliminación del toque de queda en ese período.
A este respecto, Rafael Ortí, Presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, ha recordado en declaraciones a ‘El Español’ que realizar un confinamiento duro sería la única opción viable para rebajar la incidencia acumulada y controlar así la transmisión comunitaria.
De la misma manera, ha recordado cuan peligroso podría resultar relajarse en las medidas de control justo cuando empecemos a salir de esta tercera ola, que se prevé entre abril y mayo coincidiendo con Semana Santa, algo que ya ocurrió en el pasado y que trajo graves consecuencias: «En octubre bajó la curva y esa falsa sensación de seguridad fue lo que nos condenó. Hasta que no bajemos de 50 casos por cada 100.000 no podemos considerar que hemos doblegado la curva de contagios», ha asegurado en declaraciones al citado medio.
El Gobierno rectifica
Son varios los expertos que apuestan por un confinamiento restrictivo ahora y de poco tiempo, que permita controlar la transmisión comunitaria y la bajada de número de casos. Solo así venceríamos la tercera ola y podríamos frenar la nueva oleada, esperando que vaya aumentando poco a poco la inmunidad de la población, entre la que ha pasado el virus y entre la que está vacunada.
Es por eso que el Gobierno ya ha reculado en sus intenciones de permitir la movilidad. En este sentido se manifestaba la portavoz del Gobierno María Jesús Montero, quien después de las palabras de Maroto, afirmó que veía difícil una movilidad normalizada para Semana Santa «salvo que existan incidencias acumuladas bajas tendremos que reiterar las medidas que actualmente ponemos en marcha para evitar que se produzca esta cuarta oleada», afirmó.