Manifestación de un grupo de sanitarios durante la pandemia del coronavirus

Solo una provincia se libra de la tercera ola: Las medidas que lo evitaron

Mientras toda España subía de contagios y de incidencia en enero, una provincia, la única, bajaba

La tercera ola del coronavirus sigue azotando a nuestro país, aunque parece que en los últimos días algunos indicadores han empezado a dar un respiro y han empezado a bajar los nuevos contagios y la incidencia acumulada.

Pero no toda España ha vivido la tercera ola de la misma manera. De hecho, hay una provincia, la única, que no ha tenido tercera ola, y mientras todas las demás subían, allí los contagios no han parado de bajar desde mitades de diciembre. 

Se trata de Santa Cruz de Tenerife, pero especialmente de la isla de Tenerife, que acumula el 90% de población de la provincia y el 95% de sus casos de coronavirus. Según datos recopilados por 'elDiario.es', desde el 4 de diciembre, la incidencia acumulada en Tenerife ha bajado un 60%, hasta el punto de encontrarse actualmente diez veces por debajo de la media nacional. 

La pregunta es qué ha pasado en Tenerife para que la situación haya sido completamente inversa a la del resto del país y si eso podría aplicarse en el resto de las provincias para evitar una posible cuarta ola. Y la respuesta, según los datos, es que sí.

Tenerife sí mantuvo restricciones duras en Navidad

Tenerife fue uno de los territorios españoles con las restricciones más duras durante la Navidad. Mientras el resto de España flexibilizaba las restricciones para facilitar los encuentros familiares y las reuniones sociales, en Tenerife se prohibieron las reuniones de más de cuatro personas, se mantuvo el toque de queda a las 22:00 horas y reducción del horario de apertura de bares y restaurantes, con el interior cerrado. 

Son las mismas medidas que gran parte de España tomó en enero para frenar la curva de contagios post-navidades, la diferencia aquí es que Tenerife las tomó con una incidencia acumulada de 200 casos. Es decir, las medidas funcionan, pero hay que tomarlas de forma preventiva, y no cuando los contagios ya se han disparado. 

Y la prueba la encontramos en el caso de Las Palmas, con una curva de contagios totalmente opuesta. Mientras Tenerife endurecía restricciones, Las Palmas las relajaba porque había conseguido controlar la segunda ola, pero llegaron las navidades y volvió a dispararse, hasta rozar los 300 casos. 

En este sentido, la gestión que están haciendo las autoridades canarias ha demostrado ser eficaz y sin necesidad de cerrar totalmente algunos sectores enteros de la economía, como sí se ha tenido que hacer en muchas otras zonas cuando la situación ya se había descontrolado.

El gobierno canario instauró el pasado mes de agosto un 'semáforo' que medía el nivel de alerta en cada una de sus islas —algo parecido a lo que hizo Europa y que España adaptó en octubre— y especificaba una serie de medidas para cada nivel que debían aplicarse a rajatabla. 

Restricciones por niveles

Así, Canarias estableció un semáforo de tres niveles de alerta —que más tarde sería de cuatro, adaptándose al sistema de niveles estatal. Cuando se superasen 100 casos por cada 100.000 habitantes en la última semana, lo que equivaldría a 200 casos en dos semanas, la isla se situaba en nivel rojo de alerta, el máximo, por lo que se limitaban las reuniones a diez personas y se adelantaba el horario de cierre de bares y restaurantes. 

En octubre, el umbral se redujo, y pasó a ser de 50 casos en una semana y 100 casos en dos semanas. Además, si aumentaba significativamente el número de contagios en alguno de los municipios, toda la isla pasaba de nivel.

En octubre, Sanidad aprobó un sistema similar en todo el país, pero con cuatro niveles, por lo que Canarias adoptó el suyo y añadió nuevas restricciones al nivel máximo: cierre del interior de los bares, limitaciones de reuniones a dos personas, toque de queda a las 22:00 horas y cierre de la actividad no esencial a las 18:00 horas. «Esto es lo que hay que hacer», llegó a afirmar Salvador Illa. 

Y esto es lo que hizo Tenerife en diciembre, cuando su incidencia estaba alrededor de los 200 casos. Otras regiones tomaron restricciones similares, pero mucho más tarde, como Madrid, que las aprobó cuando ya se pasaban los 900 casos de incidencia. Para muchos expertos, ese es el motivo por el que Canarias se ha convertido en la región española que está controlando mejor la pandemia, y ya es la comunidad con menos fallecidos en toda la pandemia. 

Las autoridades han aplicado estos niveles de restricciones a rajatabla, y el resultado es que ninguna provincia canaria ha superado nunca los 300 casos por cada 100.000 habitantes en dos semanas, siendo las dos únicas provincias españolas en conseguirlo. El resto han pasado todas de los 500 casos. 

En cuanto a los fallecidos, en Canarias han muerto poco más de 500 personas por Covid-19 desde marzo, lo que equivaldría a 23 personas por cada 100.000 habitantes, siendo la región con esta cifra más baja.