Nuevo terremoto en el Gobierno de Pedro Sánchez, que podría sufrir un cambio inesperado si se confirma la sentencia contra el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. La Audiencia Nacional ha anulado la destitución del coronel de la Guardia Civil, Diego Pérez de los Cobos, y reaviva una polémica que podría acabar con la destitución del ministro.
Fernando Grande-Marlaska ya estuvo en la cuerda floja cuando el 24 de mayo decidió el cese fulminante de Pérez de los Cobos después de que este se negara a entregar información al Gobierno sobre la causa por la autorización de las concentraciones del 8-M. Aquello causó mucho revuelo, porque se entendía como una injerencia del ministro en la relación entre los jueces y la policía.
En aquella ocasión, Marlaska justificó el cese por «falta de confianza», aunque luego apareció un documento en el que la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, reconoció que el motivo era «no informar del desarrollo de las investigaciones y actuaciones de la Guardia Civil». Pedro Sánchez respaldó al ministro en aquella ocasión, y lo hace también ahora a pesar de la nueva sentencia.
El presidente del Gobierno se ampara en que no es una sentencia firme, que ha sido recurrida y que no ha sido dictada por una sala o un tribunal, sino por un juez. El Gobierno va más allá y defiende la potestad de cesar a un cargo cuando se ha perdido la confianza en él, pero esta nueva sentencia considera ilegal el cese y pone en serios problemas a Marlaska, que podría ser acusado de prevaricación.
Lo que hay detrás de la destitución de Pérez de los Cobos es el desmantelamiento de la llamada «policía patriótica», y la decisión vino avalada por el propio Sánchez. Esto pone en dificultades al mismo Gobierno, y a Sánchez en particular, que tendría que verse obligado a cesar a un ministro por una decisión que contaba con el visto bueno de Moncloa.
En el Gobierno le tienen ganas
Fuentes cercanas al Gobierno aseguran que es poco probable que el ministro del Interior acabe cayendo, tendiendo en cuenta además que estamos en campaña preelectoral en Madrid. Pero tampoco hay que olvidar que Fernando Grande-Marlaska es uno de los miembros del Gobierno con menos apoyo y que hay muchos ministros que querrían verlo fuera, empezando por Margarita Robles y acabando por los ministros de Unidas Podemos.
La sentencia ha caído como una bomba en el Gobierno, que temen que el revuelo condicione la campaña electoral en Madrid. En los últimos días había aumentado el optimismo sobre las expectativas del PSOE y la posibilidad de fraguar un gobierno de izquierdas en Madrid, pero el anuncio por sorpresa de la sentencia deja a los socialistas a contrapié y a merced de las acusaciones de sus rivales.
Si Sánchez no cesa a Marlaska, los partidos de la derecha podrán acusar al PSOE de mantener en el Gobierno a un ministro acusado por un juez de haber dado órdenes ilegales. Sus compañeros lo consideran un error de bulto viniendo de una persona del ámbito judicial que sabe de leyes, y presionan al presidente para que le haga dimitir. Desde dentro del Ejecutivo transmiten esta idea: «Dudo que dimita, es demasiado soberbio, más bien al contrario, se va a revirar. Pero tiene que irse».
Mientras, en el sector de Unidas Podemos aún no han olvidado la polémica gestión de la crisis migratoria que hizo el ministro Marlaska en Canarias. Una vez más, Podemos puso por delante la unidad del Gobierno y rechazó hacer más sangre con el tema, e incluso llegó a frenar la petición de dimisión de la sección del partido en Canarias. Aun así, sigue abierta la investigación por las actuaciones de Interior en muelle de Arguineguin, donde permancieron hacinados miles de inmigrantes.
Acechado por los escándalos
La sentencia contra Marlaska llega, además, en plena polémica por las entradas en pisos sin orden judicial para perseguir fiestas ilegales, y por el acercamiento de presos de ETA y en especial de Txapote, el asesino de Miguel Ángel Blanco. Una tormenta perfecta que podría llevarse al ministro por delante, aunque el Gobierno tiene algu a favor: los partidos que le apoyan en el Congreso ven con buenos ojos la destitución de Pérez de los Cobos y no retirarán su apoyo a Sánchez por este tema.
Aun así, la situación no deja de enrarecer el ya de por sí tenso ambiente dentro del Gobierno, y en Moncloa ven con intranquilidad las posibles consecuencias que pueda atraer esa sentencia de la Audiencia Nacional. Si al final se confirma la sentencia y se inicia un proceso penal contra el ministro del Interior, el escándalo sería mayúsculo.
Por eso, aunque Pedro Sánchez no se propone por ahora dimitir al ministro, no hay que descartar esa opción. Esta misma semana, Sánchez ha presentado orgulloso la reestructuración de su Gobierno, con Nadia Calviño de vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz de vicepresidenta tercera y Ione Belarra de ministro de Derechos Sociales. Sánchez daba por finalizados así los cambios del Gobierno a medio y largo plazo, pero este nuevo terremoto deja la puerta abiera.