La tarde del 28 de mayo de 2021, el joven Jonathan Mohedano abandonó repentinamente el botellón en el que estaba con varios amigos en Alpedrete (Madrid). Apareció muerto horas después en las vías del tren. La investigación concluyó que había sido una muerte accidental debido a su estado etílico.
Meses después y gracias al empeño de su familia, la muerte de Jonathan será revisada por algunas incongruencias en la investigación. El cuerpo de este joven de 18 años presentaba heridas incompatibles con el arrollamiento de un tren. Creen que recibió una paliza y fue abandonado en las vías del tren.
La familia de Jonathan contrató un despacho jurídico para elaborar un informe criminológico del caso. El escrito ha convencido al juez, que ha decidido reabrir el caso y ordenar nuevas pruebas para esclarecer lo sucedido. Se abre ahora una nueva situación que será crucial para saber realmente cómo murió Jonathan Mohedano.
Huyó del lugar repentinamente
La tarde que sucedieron los hechos, Jonathan estaba bebiendo con otros amigos en un botellón. Sobre las 18:00 horas discutió con una persona y a las 20:30 abandonó el lugar diciendo que se iba a casa. Media hora después tuvo lugar el atropello mortal, cerca de la estación de Los Negrales, en Alpedrete.
Tanto los testimonios como el análisis toxicológico indicaron que la víctima había bebido ingentes cantidades de alcohol. Algo suficiente como para que la policía descartara el suicidio o un origen criminal de la muerte. Se concluyó que había sido una muerte accidental, y el juez cerró la instrucción.
Pero Alexandra, la madre de Jonathan, no dejaba de dar vueltas a aquella discusión que su hijo había tenido poco antes de morir. Solicitó los servicios de un despacho jurídico para indagar un poco más sobre el suceso. Y la investigación ha arrojado novedades relevantes que han motivado la reapertura del expediente.
El juez pide nuevas pruebas
El juez de instrucción ha ordenado nuevas pruebas para saber por qué la víctima abandonó de forma repentina el lugar del botellón. La investigación privada plantea que la pelea de Jonathan con otro adolescente podría estar detrás del trágico desenlace. Dada la gravedad de los hechos, el magistrado ordena “agotar la fase de instrucción”.
El juez ha ordenado a la Guardia Civil obtener el posicionamiento de los teléfonos móviles de todos los asistentes al botellón. Quiere saber dónde se encontraba cada uno de ellos en el momento de la muerte de Jonathan. De momento no hay indicios que apunten a alguna persona en particular, y se trata de una mera comprobación.
El magistrado también ha pedido identificar a las personas que aparecen con apodos en un grupo de Whatsapp llamado “Liaos”. El objetivo es identificar a todos los que estaban en ese grupo para que declaren en sede judicial. Allí tendrán que explicar dónde estaban en el momento crucial y si vieron algo extraño.
La Policía Judicial ya está en ello
El mencionado grupo de Whatsapp cuenta con más de treinta jóvenes, y algunos de ellos estuvieron en aquel botellón. De hecho hicieron comentarios relativos al suceso, y ahora el juez quiere saber quién hizo esos comentarios. Esas personas podrían ofrecer información crucial para llegar hasta el fondo del asunto.
Según el auto, “es preciso identificar o relacionar a cada usuario de las líneas telefónicas integradas en el referido grupo de Whatsapp”. Además, insta a “averiguar o determinar si algunos de los terminales pudiera encontrarse próximo al del finado en el momento exacto del atropello”. Estas pruebas ya están en marcha.
La Policía Judicial es la encargada de recabar todas estas pruebas que pide el magistrado para el avance de las pesquisas. Las próximas semanas serán cruciales para determinar si se archiva nuevamente el caso o se imputa a alguna persona. La madre de Jonathan tiene la esperanza de saber qué ocurrió finalmente.
Las bases para reabrir el caso
La instrucción del caso duró apenas unos días, ya que no se encontraron indicios sólidos de un origen criminal. La policía interrogó a cinco de los jóvenes que estuvieron en el botellón, revisó las cámaras de la zona y examinó el chat de whatsapp. Todo apuntaba a que la víctima había bebido mucho y murió atropellado.
Pero el informe del despacho Balfagón & Chippirrás revela lesiones en el cadáver de la víctima incompatibles con el arrollamiento de un tren. Según algunas evidencias sin investigar, el chico pudo ser agredido y dejado inconsciente en la vía donde fue atropellado. Por eso piden el interrogatorio de más jóvenes que estuvieron ahí.