La muerte del joven de 18 años Jonathan Mohedano en Alpedrete (Madrid) sigue siendo un misterio meses después. El chico perdió la vida arrollado por un tren después de haber estado de botellón. Su madre Alexandra, que también perdió a su marido recientemente, pide reabrir la investigación para aclarar las circunstancias del suceso.
Los hechos sucedieron el 28 de mayo del año pasado. Jonathan, un joven español de 18 años, fue arrollado por un tren cerca de la estación de Los Negrales en Alpedrete, Madrid. La investigación policial concluyó que había sido un accidente fortuito debido al alto grado de intoxicación etílica del fallecido.
Sin embargo, la familia del chico no lo ve claro y piden que se investigue el asunto a fondo. Aseguran que hay evidencias que no se han analizado y creen que hubo algún hecho extraño antes de la muerte del joven. Temen que Jonathan pudiera haber sido agredido y abandonado inconsciente en las vías.
Así ocurrieron los hechos
El viernes 28 de mayo, Jonathan Mohedano cruzó las vías del tren cerca de la estación de Los Negrales, en Alpedrete. Se dirigía a una granja abandonada donde estuvo bebiendo con unos amigos. Sobre las 18.00 horas discutió con uno de ellos, y a las 20.30 horas dijo que se iba a casa y abandonó el lugar.
Hacia las 21:00 horas tuvo lugar el atropello mortal que acabó con su vida en el acto. Los testimonios recabados por la policía y los análisis toxicológicos confirman que el joven iba muy borracho. La Guardia Civil descartó el suicidio o un origen criminal en la muerte de Jonathan, y el caso se archivó sin más.
La investigación estuvo fundamentada en el interrogatorio de algunos de los jóvenes que estuvieron con Jonathan en la fiesta. También en el análisis de las cámaras de seguridad de la zona, y en las conversaciones del grupo de WhatsApp. En ninguna de las pruebas apareció nada aparentemente extraño.
Las dudas que plantean
El despacho criminológico que asiste a la familia de Jonathan ha preparado una solicitud al juez para reabrir el caso. En el escrito se recogen algunos detalles que pudieron haber pasado por alto durante la investigación. Esto podría llevar a un giro de los acontecimientos, con indicios de criminalidad.
Por ejemplo, se preguntan por qué solo se interrogó a cinco de los veinte jóvenes que estuvieron en el botellón. Quieren que se pregunte a todos los que estuvieron en la granja abandonada. Y también que se investigue a las personas que estuvieron tomando fotos en la vía a la misma hora del arrollamiento.
Otra de las esperanzas de la familia son las cámaras de seguridad ubicadas en la zona donde se produjo el atropello. “Es muy llamativo que no se hayan analizado los vídeos que pudieron grabar lo que ocurrió, o si se hizo que no figuran en el sumario”, dice el escrito. Y hay otro detalle significativo.
Hay cosas extrañas
Según afirman, la víctima tenía cinco dedos rotos (dos en la mano izquierda y tres en la derecha). Las fracturas no fueron provocadas por el arrollamiento, y siembran la sospecha sobre una posible pelea. Por todo eso, Alexandre pide que se aclaren las circunstancias en las que su hijo apareció debajo del tren.
Aunque la Guardia Civil no vio indicios aparentes de criminalidad, hay cosas extrañas en la muerte de Jonathan. El chico salió corriendo del lugar donde se celebraba el botellón y, de hecho, no se llevó ni la chaqueta. Su móvil fue encontrado al día siguiente por una joven debajo de una madera de las vías del tren.
Además, esa misma tarde tuvo una discusión con una persona que le recriminó que se acercaba mucho a su novia. Los dos iban muy bebidos y, según los testigos, el encontronazo acabó sin consecuencias. Pero la familia del fallecido no descarta que pudiera ser el origen del trágico desenlace horas después.
Varias hipótesis
Una hipótesis abriría la posibilidad de que Jonathan hubiera sido agredido y abandonado en las vías del tren. Pero por otro lado, uno de los amigos del fallecido ofreció una información importante. Según explicó, cuando bebía le gustaba tumbarse en el suelo mirando el cielo.
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Por lo tanto, cabe la posibilidad de que lo hiciera en las vías del tren sin percatarse de la llegada del convoy. Otros testigos declararon que había bebido dos litros de vino y algunas copas de vodka. Aunque era habitual que tomara éxtasis y se marchara sin avisar, ese día no tomó drogas y advirtió que se marchaba a casa.
El lugar donde murió Jonathan está marcado por la tragedia. En julio de 2014 un tren arrolló mortalmente a una chica de 13 años llamada Laura. Tras los dos accidentes, el ayuntamiento de Alpedrete y Renfe realizaron una mejora del tramo para reforzar la seguridad.