El pasado 17 de septiembre tuvo lugar un terrible suceso que quedará en el recuerdo de todos: el brutal atropello de Torre Pacheco. La investigación continúa abierta, pero una de las teorías más fiables es el conductor sufría un trastorno mental no diagnosticado.
El Servicio de Información de la Guardia Civil y la Audiencia Nacional exige que la prensa hable desde la más estricta prudencia. El caso todavía no está cerrado y existe la posibilidad de que el juez cambie la sentencia en el último momento tras encontrar nuevos indicios.
Los investigadores no han encontrado ninguna prueba de que Abdellah, vecino de El Jimenado, perteneciese a una banda terrorista. Es probable que padezca una enfermedad psicológica, de ahí la incoherencia de sus declaraciones.
El joven estrelló su vehículo contra una terraza y enseguida pensaron que estaba cumpliendo órdenes para atentar contra la población. Sin embargo, las autoridades exigen prudencia antes de hablar con certeza, pues puede el motivo del suceso no fuera el anterior.
En las últimas horas están dudando de que los orígenes terroristas del autor del atropello, pues no está vinculado a ninguna organización. Han registrado su domicilio, una buhardilla que alquilaba a un compatriota, y no hay ninguna prueba fiable.
Desde su vivienda no se ha conectado a ninguna plataforma virtual vinculada con el Daesh, como suele ser frecuente en estos casos. Tampoco han encontrado armas ni nada que sea constitutivo de delito, parece un joven normal, corriente y nada sospechoso.
La obsesión de Abdellah: “Quieren que todo el mundo sea gay”
Abdellah está en el punto de mira de la justicia, pues en las últimas horas la investigación ha dado un giro de 180 grados. Piensan que sus simpatías hacia el Islam “no le convierten en un terrorista y menos con la cantidad de incongruencias que escribe en sus notas”.
El atropello múltiple de Torre Pacheco es bastante distinto a otros sucesos que sí han sido calificados como atentados. En este momento piensan que el autor podría haber sufrido un brote de una enfermedad que ni él mismo sabía que padecía.
Los investigadores registraron a fondo la buhardilla del conductor y no encontraron ningún tipo de propaganda yahadista. Según fuentes cercanas al caso, hubo bastantes responsables de la Benemérita que dudaron de sus orígenes terroristas.
Siguiendo la información proporcionada por medios locales, los autores de atentados suelen llevar un patrón bastante similar. Sin embargo, lo sucedido en Torre Pacheco no cumplía con ninguna norma ni se parecía realmente a catástrofes anteriores.
Abdellah en ningún momento había dado muestra de pertenecer a la Yihad, ni siquiera estaba en el punto de vista de las autoridades. Después de lo sucedido le han investigado y lo más extraño que han descubierto es su mayor obsesión: “Quieren que todo el mundo sea gay”.
El autor del suceso: “Este es un acto terrorista”
Fuentes cercanas al caso aseguran que el juez basará su condena en los escritos que han encontrado en el domicilio del conductor. “El único indicio es lo que escribió”, aseguran visiblemente preocupados por las ideas que plasmaba.
En una de las notas encontraron su última reflexión: “Este es un acto terrorista a causa de la injusticia que he sufrido”. En un primer momento pensaron que tenía relaciones con el yihadismo, pero después comprendieron que nada en él tenía sentido.
En una de sus notas habla de “asesinatos que se han cometido telepáticamente” y otros sucesos inexplicables. Posiblemente simpatizara con ciertas tendencias, pero no actuó para cumplir la voluntad de ningún grupo.
El día que estrelló su vehículo contra una terraza de Roldán acabó con la vida de un hombre y causó lesiones a muchas personas. Todavía nadie sabe qué le llevo exactamente a comportarse de esta forma, pero todos confían en que pagará por lo que hizo.