El próximo jueves, 27 de mayo, se cumplirá un mes desde que Anna y Olivia desaparecieron a manos de su padre, Tomás Gimeno.
La investigación no se ha detenido desde que Beatriz Zimmerman interpuso la denuncia, pero las escasas pistas que hay sobre el paradero de las pequeñas han llevado a las autoridades a creer que el padre podría haber acabado con las vidas de sus hijas y haberse quitado la suya propia.
Una opción que ni la madre de Anna y Olivia ni su entorno creen que sea posible. Así lo ha explicado Joaquín Amills, el portavoz de la familia de las pequeñas, en 'El Programa de Ana Rosa'.
El plan de Tomás Gimeno
El invitado ha explicado que en ningún momento han pensado que el padre haya matado a las niñas, aunque sí creen que lo tenía todo planeado y que su principal objetivo era hacerle daño a Beatriz, algo que, sin lugar a dudas, ha conseguido.
«El mensaje de Tomás era muy claro», ha asegurado Joaquín Amills en la videollamada que ha mantenido con el espacio de Telecinco.
El portavoz de la familia de las niñas ha explicado además que creen que la intención del hombre no era ir tan lejos y que por la gran repercusión que ha tenido el caso gracias a los medios de comunicación, «se le ha ido de las manos».
Joaquín Amills ha subrayado que Tomás había elaborado un plan antes de desaparecer con sus hijos y que había dejado todos los cabos atados.
El hombre le entregó todos sus ahorros a la novia que tenía, le cedió el coche a su progenitor y dejó lista la entrega de su lancha y de su moto a unos amigos suyos.
Algo que desde el entorno familiar se han tomado como una estrategia que creó Tomás para desviar su atención de él y para no perder sus bienes.
«Lo analizamos como una puesta en escena, el coche se lo deja a su padre, la cantidad que le deja a su pareja sentimental no es una cantidad enorme, de unos pocos miles de euros, nada comparado con el dinero en efectivo que él se lleva, no tendría sentido».
«A sus amigos les cede la moto y la embarcación, más que un legado es un afán de que no se pierda todo eso», ha destacado el portavoz de la familia en 'El Programa de Ana Rosa'. «Sinceramente, una persona que se quiere quitar la vida no piensa en el coche, moto, embarcación, le da igual todo. Está peleado con la vida, el entorno y todo aquel que le haya fallado. Esto nos da esperanzas».
Descartadas algunas hipótesis
Joaquín Amills también ha explicado que aunque la Guardia Civil sigue manteniendo diferentes opciones sobre el caso, ya han desechado algunas conjeturas.
«Le informan varias veces al día a Beatriz de lo que pueden informarle. Sabemos que se está trabajando en varias hipótesis e ir descartando. Se descartó lo de Cabo Verde y lo del velero de Santa Margarita».
La Guardia Civil ahora está rastreando la zona donde fue hallada la embarcación de Tomás vacía y a la deriva. Una de las líneas de investigación que tienen abierta es la posibilidad de que el hombre matara a las niñas y luego arrojara sus cuerpos al mar.
El lugar donde fue encontrada la lancha del padre de las niñas es muy difícil de examinar por la gran profundidad, por lo que las autoridades han recurrido al uso de un sónar y de un robot marino.
Aunque la familia no cree que las pequeñas estén muertas, Joaquín Amills ha asegurado que examinar el mar es necesario para poder desechar esta opción.
«El tema del sónar es una forma de poder descartar y en este caso poder centrarse en las siguientes hipótesis», ha dicho el portavoz en el espacio de Telecinco.
La relación con los padres de Tomás y el deseo de la familia de las niñas
Joaquín Amills también ha asegurado que si los padres de Tomás se ponen en contacto con ellos los van a atender sin reparos porque ellos también son víctimas de lo que ha hecho su hijo.
«Yo sé que Beatriz tiene constancia y buena relación con muchísimas partes que son amistades o semi familia, con los padres lo ignoro, pero por la forma de ser de Beatriz no me extrañaría, no guarda rencor ni deferencia a buenos y malos».
El portavoz de la familia se ha mostrado muy positivo respecto a poder encontrar a las niñas con vida, y ha asegurado que cuando esto suceda habrá un «antes y un después» en la sociedad.
Él cree y espera que este caso sirva para que los padres se den cuenta de que la solución a sus problemas no son los niños y que ellos no deberían tener que pagar al precio de las contiendas de los adultos.