Los profesionales que trabajaron en el rescate de los heridos y los fallecidos aseguran que no habían visto nunca nada igual. “Una escena dantesca”, así describen lo que encontraron en el Seat Ibiza accidentado en la A-7 el domingo por la noche. Murieron el padre, la madre y una bebé, y dos niños resultaron heridos graves.
Abderrahim, Hayat y sus tres hijos habían estado en una cena familiar en Santiago de la Ribera (Murcia) y volvían a su casa en Cartagena. Cogieron la Autopista del Mediterráneo y fueron embestidos por detrás por un Renault Megane. En el otro coche iban tres adolescentes que supuestamente volvían de fiesta.
El choque fue tan brutal que el culo del Seat fue a parar a los asientos delanteros, haciendo del coche un amasijo de hierros. Dentro quedaron atrapadas las tres víctimas mortales, que perdieron la vida en el acto. También dos niños de 8 y 11 años, que siguen en el hospital con pronóstico grave.
Volvían de una cena
El diario El Español revela hoy que esta familia marroquí volvía de pasar el domingo en casa de unos familiares. Abderrahim y Hayat se llevaron consigo su bebé de trece meses y los dos niños de 8 y 11 años. La velada terminó antes de las diez, porque el lunes tocaba trabajar e ir al colegio.
Los cinco se montaron en el coche que conducía Abderrahim y se metieron por la autopista en dirección a Cartagena. Era la misma dirección que momentos antes había tomado un Renault Megane conducido por una adolescente con dos amigos. Al parecer volvían de fiesta, y superaban los límites de velocidad.
El coche de Abderrahim era oscuro y al ser de noche no lo vieron hasta que ya estaban encima. Tres personas murieron en el acto, un niño perdió la consciencia y al otro lo encontraron gritando agarrado al reposacabezas del asiento de su madre. La Guardia Civil investiga ahora las causas de la colisión mortal.
Investigan el accidente
Abderrahim, al volante, y Hayat, de copiloto, perdieron la vida al instante. Un efectivo de los servicios sanitarios explicó que la silla del bebé estaba debajo de uno de los asientos “y cuando metieron la mano estaba aplastado”. Necesitaron dos horas para excarcelar a los fallecidos y a los supervivientes.
El niño de 8 años había perdido el conocimiento debido a un traumatismo craneoencefálico, un neumotórax y una lesión medular. El hermano mayor, de 11 años, estaba en shock y no paraba de gritar. El pequeño está en coma entre la vida y la muerte, mientras que el mayor tiene las piernas fracturadas.
Los tres ocupantes del otro vehículo tienen 18, 20 y 21 años, y solo sufrieron heridas leves. La Guardia Civil está llevando a cabo una investigación para esclarecer si la conductora iba bebida o drogada, o si excedió los límites de velocidad. Por ahora no hay detenidos, a la espera de que concluyan las pruebas.
Una familia labrada con esfuerzo
La tragedia ha causado una gran conmoción en la comunidad musulmana de Murcia, y en especial en el entorno de la familia. Abderrahim llegó a España hace veinte años y trabajaba de jornalero en el Campo de Cartagena. Con los años formó una familia y pudo traerlos también a España.
Poco antes de la pandemia le concedieron la reagrupación familiar y se fue con su mujer a una vivienda de alquiler en El Algar, Cartagena. Allí matricularon a sus dos hijos en la escuela y tuvieron otro bebé, una preciosa niña. El padre tenía 43 años y la madre 35 cuando les sorprendió la muerte.
El entorno está devastado “porque se ha perdido una familia maravillosa”, y aseguran que el único consuelo “es que ha sido la voluntad de Alá”. Ahora siguen muy pendientes del estado de los dos menores, uno de los cuales lucha por su vida. La Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes de Murcia ha ofrecido ayuda a la familia.
La otra cara de la moneda
El Renault Mégane es la otra cara de la moneda, ya que los jóvenes salieron bien parados y además no eran conscientes de lo sucedido. “Mientras era atendida, una de las chicas se quejó de que el lunes tenía un examen”, explica una sanitaria. Los jóvenes aseguraron que iban volando y que todo sucedió muy rápido.
Las versiones son contradictorias y los agentes no darán la causa del siniestro hasta que no concluya la investigación. Según fuentes sanitarias, debido a la colisión el coche de delante salió disparado cincuenta metros con el chasis arrugado y el maletero hundido. La escena que vieron no la olvidarán jamás.
El hermano mayor tenía múltiples fracturas de cintura para abajo y el menor había perdido el conocimiento. El bebé tenía fracturas en el cráneo y en la cadera, y su pequeño cuerpo fue depositado en el arcén hasta que llegaron los servicios funerarios. Los dos adultos también habían muerto en el acto.