Valle de Portilla (La Rioja), donde se ha instalado la Familia del Arcoiris

La 'Familia Arcoíris' y la acampada con relaciones íntimas sin descanso en España

Los miembros de esta comuna hippie están instalados en un monte riojano

En cuestión de días, el Valle de Portilla se ha convertido en la comuna hippie más grande de España. El municipio riojano está albergando una de las mayores concentraciones de la 'Familia Arcoíris', un colectivo que se desplaza cada año siguiendo el ciclo lunar.

Se trata de un grupo que se autodefine como «sanador y pacificador en respuesta a la llamada de la Tierra Madre». Sus miembros suelen vivir al margen de la sociedad siguiendo los principios de libertad,  la armonía y el amor.

Es un colectivo sin papeles ni registros formales. Según su propio lema «cualquiera es bienvenido» a formar parte de una comunidad cuya principal particularidad es la práctica de sexo libre y desenfrenado.

Independientemente de la edad, los miembros campan desnudos entre los árboles, realizan hogueras, practican rituales y, por supuesto, mantienen relaciones íntimas sin descanso.

La comuna hippie instalada en La Rioja donde se practica sexo sin descanso

En este último encuentro celebrado en La Rioja desde hace ya 15 días, son cerca de 200 personas de distintas edades, menores incluidos, las que participan. Todos han llegado a España con sus mochilas a cuestas y guiados por las constelaciones.

La Guardia Civil está controlando los accesos a los pueblos limítrofes con el monte, aunque por el momento se han abstenido de actuar.

Mientras esperan la llegada de una orden judicial, las autoridades tan solo han podido sancionar a un centenar de personas. No solo por hacer fuego en un ambiente natural con alto riesgo de incendio, sino por ocupar espacios no permitidos y saltarse las medidas anticovid.

No obstante, quizás la intervención policial nunca llegue a producirse. La comuna naturista tiene previsto marcharse el 15 de junio, cuando termine el ciclo lunar.

Aunque el temor del gobierno autonómico es que decidan instalarse indefinidamente, todo hace indicar que seguirán su camino. Tal y como llevan haciendo desde su creación en los años 70.

El origen de la 'Familia Arcoíris' que acampa en el Valle de Portilla

El Festival de Woodstock de agosto de 1969 se puede considerar el punto de partida y cristalización del movimiento arcoíris.

Celebrado en Estados Unidos, el festival se convirtió en el icono del movimiento hippie. En el punto de encuentro de una generación que pregonaba la paz y el amor como forma de vida.

Unos años más tarde, en Julio de 1972, más de 20.000 personas herederas de Woodstock se reúnen en el Bosque Nacional de Colorado, Estados Unidos.

Su intención no era otra que organizar un acontecimiento único en mitad de la naturaleza para rezar por la paz en el mundo. Además de estrechar lazos fraternales a través de las drogas de diseño y la práctica de sexo sin descanso.

El encuentro se celebró sin ninguna carga policial y no dudaron en reunirse nuevamente al año siguiente en Wyoming. Sin planificación previa, la 'Familia Arcoíris' ha continuado con esta tradición de acampar cada año en parajes naturales a lo largo de casi 50 años.

Un periodo de tiempo en el que, sin embargo, han cambiado algunas de las pocas normas que hay dentro de la organización. Las drogas y el alcohol se han ido sustituyendo poco a poco por la viagra.

De hecho, actualmente se prohíbe el consumo de este tipo de sustancias en los encuentros. También hay una serie de normas como prescindir de los aparatos electrónicos y los productos químicos. Se definen como «almas libres sin alcohol, tecnología o drogas».

Los encuentros de Arcoíris se celebran en distintas partes del mundo. Tan pronto como uno llega a su fin se celebra un consejo en el que los mayores deciden la celebración del año siguiente. Siempre coincidiendo con la luna nueva y concentrando al mayor número de personas posibles.

En Europa hay reuniones que pueden llegar a los 5.000 participantes, mientras que en Estados Unidos se pueden superar los 30.000. Unas cifras que convierten la acampada en La Rioja en uno de los encuentros más reducidos.