Una persona usa una calculadora para calcular su factura

No solo la luz: La otra factura que va a subir, y mucho, en los próximos meses

El precio del gas en España podría encarecerse por el conflicto entre Argelia y Marruecos

El precio de las facturas son una de las principales preocupaciones de los españoles este año. La espectacular subida del coste de la luz, que afecta a toda la Unión Europea, ha vaciado aún más nuestros bolsillos, y la cosa podría empeorar. Los expertos se están fijando en la evolución del precio del gas, que podría dispararse en los próximos meses por el conflicto entre Marruecos y Argelia. 

La factura del gas, en el punto de mira

Para situarnos un poco, tenemos que saber que España depende mucho del gas argelino. Solo este año el 44% de las importaciones totales de gas vinieron del país africano, por lo que nuestra dependencia es notable. El gas nos llega principalmente a través del gasoducto Magreb-Europa (GME), que atraviesa Marruecos, y el Medgaz, que enlaza directamente Argelia con Almería. 

El problema es que Marruecos y Argelia se llevan francamente mal. Si hasta ahora estos países se veían obligados, por intereses económicos, a aguantarse, el pasado mes de agosto saltó todo por los aires. El ministro de Energía de Argelia anunció que no enviaría más gas a través de Marruecos, por lo que este gasoducto quedaría inutilizado. 

A este lado del Mediterráneo el anuncio cayó como un jarro de agua fría, y obligó al Gobierno de España a reaccionar. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, visitó de urgencia Argelia, para asegurarse de que el suministro a España no se viera afectado. Una hipotética subida de la factura del gas se sumaría a los récords del precio de la luz, que no ha dejado de batir récords últimamente. 

El mensaje que nos llega desde Argelia es que el suministro a la Península está asegurado y no habrá desabastecimiento. Pero, según indican desde 20 Minutos, si queremos mantener un flujo constante de gas habrá que recurrir a otras vías de importación más caras. La solución serían los barcos metaneros, cuyo principal problema es el coste, ya que resulta mucho más caro. 

Llama de un fogón de gas
Argelia cerrará el principal gasoducto que llega a España | Pixabay

El gas natural licuado, una alternativa más cara

El Gas Natural Licuado (GNL) es transportar, literalmente, gas natural en estado líquido. Para conseguirlo hay que licuar el gas en el país de origen, transportarlo y finalmente volver a gasificarlo para su uso común. Un proceso más costoso que el de los gasoductos, a través de los cuales el gas simplemente fluye hasta nosotros. 

Pero no sería el único inconveniente, ya que quedarnos con un único gasoducto podría implicar aún más problemas. Concretamente, si a ese gasoducto le pasara alguna cosa, España perdería su principal vía de suministro. Es cierto que tenemos reservas de gas, con las que aguantaríamos algunos días, pero habría que movilizar aún más barcos metaneros, por lo que la subida de precios sería brutal. 

De hecho, el precio de la factura del gas ya ha empezado a mostrar cambios. Superada la parte más dura de la pandemia, la economía se ha reactivado, por lo que la demanda de gas se ha disparado. A ello hay que sumarle el hecho de que disponemos de reservas de gas más pequeñas, como efecto colateral del confinamiento mundial. 

Marruecos, también contra las cuerdas

El gasoducto GME que Argelia prevé cerrar tiene una longitud de más de 1.400 kilómetros, atraviesa Marruecos y llega a España por Cádiz. Su capacidad de transporte anual es de alrededor de 10.000 millones de m³ de gas. En el caso del que llega a Almería, esta capacidad se ve reducida a 8.000 millones de m³, si bien se está ampliando para que llegue a 10.000 m³.

El cierre del primero no solo afectará a España, sino también a Marruecos. Hasta ahora, el país vecino cobraba alrededor del 7% del valor del gas que transitaba por su territorio. Pero es que, además, una parte muy importante del gas que consume procede del mismo gasoducto.

La economía marroquí también se ha visto golpeada con dureza por la pandemia, por lo que lo último que quiere el reino es el desabastecimiento. En Argelia la situación tampoco está mejor, con una economía maltrecha y muy dependiente de la exportación del gas. Mientras tanto, España se ve obligada a jugar a dos bandos.

El ministro Albares ha destacado recientemente que, tanto Argelia como Marruecos son "países amigos", y la relación con los dos es estratégica. Al mismo tiempo, ha reiterado que Argelia se encargará de que "la demanda de gas esté perfectamente cubierta". Quedará por ver si en los próximos meses la factura del gas también acaba costando más dinero a los españoles.