El debate alrededor de las mascarillas sigue siendo protagonista en nuestras vidas. No hay jornada en la que no caiga algún tipo de consejo o rectificación sobre algún procedimiento establecido anteriormente. Cada día se va haciendo más evidente que nadie sabe con total seguridad cuál es la mejor manera de usar mascarillas, que tipo llevar y quien debe utilizarlas.
Horas después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reiterara que las mascarillas solo las deben usar los enfermos, los cuidadores de los infectados y el personal sanitario, el centro europeo para la prevención y control de enfermedades amplió el abanico de posibilidades.
Espacios cerrados y multitudes
Según El Periódico, la organización, este miércoles, aceptó la utilización de mascarillas en público tanto en personas con síntomas, que son conscientes de que están infectadas por el COVID-19, como también en los asintomáticos que se sitúen en espacios cerrados y concurridos.
Este último punto supone toda una novedad, ya que hasta ahora no se había incluido el grupo de asintomáticos como destinatarios de estas prendas, aunque en algunos países como la República Checa, Eslovaquia o la región de la Lombardía el uso de las mascarillas para toda la población sea obligatorio.
Reducir los contagios
«El uso de mascarillas en público puede servir como medio de control para reducir la infección, al minimizar la excreción de gotas respiratorias de los individuos infectados que aún no han desarrollado síntomas o que permanecen asintomáticos», han concretado los especialistas europeos en un nuevo análisis, en el que han resaltado que «no se sabe en qué medida el uso de mascarillas en la comunidad puede contribuir a reducir la transmisión»
Sobre las diferentes mascarillas han garantizado que se podría utilizar aquellas «hechas de diversos textiles especialmente, si, debido a la falta de material, se debe dar prioridad a las mascarillas médicas para su uso como equipo de protección de personal por parte de los profesionales sanitarios» ha destacado el estudio llevado a cabo.
Ese es uno de los grandes miedos de la OMS: El posible agotamiento de mascarillas para los profesionales que de verdad las necesitan.
Una medida más
Tal y como ha añadido El Periódico, el centro ha especificado que las mascarillas faciales deben utilizarse «solo como medida complementaria y no como sustituto» de las medidas preventivas como la higiene (evitar tocarse la boca, la nariz, evitar taparse con las manos al toser), el distanciamiento social etc.
Asimismo, han señalado que, «el uso apropiado de mascarillas es fundamental para la eficacia de la medida y puede mejorarse mediante campañas de educación». Los expertos han confesado, finalmente las insuficientes pruebas científicas sobre el uso de las protecciones en público y no descartan «posibles efectos secundarios negativos».