Tras varios fracasos y un evidente malestar manifestado por países como Italia y España ante la falta de asistencia de la Unión Europa a los países más castigados por el Coronavirus, finalmente se ha alcanzado un acuerdo entre los ministros de Economía y Finanzas de la unión para una primera inyección de 550.000 millones de euros en líneas de liquidez para los Estados.
El pacto establece una primera red de seguridad para que los países de la federación, a través del Mecanismo Europea de Estabilidad, puedan acceder a las ayudas para paliar los efectos económicos de la crisis ocasionada por el Covid-19, que en lugares como España e Italia ha obligado a paralizar la economía.
También se beneficiarán de esta línea de liquidez las empresas, a través del Banco Europeo de Inversiones, y se evitarán los despidos masivos utilizando el Sure, un mecanismo propuesto por la Comisión Europea la semana pasada. En todo caso, esta es sólo una primera red de defensa hasta que se logre definir un Plan de Reconstrucción final.
Las diferencias entre los diferentes socios de la unión se han hecho evidentes durante las sesiones para llegar a un acuerdo, ya que Italia se ha erigido en principal defensora de los eurobonos mientras que Holanda estaba en el otro extremos. Ante el bloqueo de las negociaciones se decidió ultimar los detalles a la sombra para escenificar el acuerdo en público, lo que los alemanes han definido como «un gran día de la solidaridad europea».
El acuerdo final se ha logrado optando por un punto intermedio: los italianos renuncian a hablar de eurobonos o emisiones conjuntas, y los holandeses suprimen la demanda de condicionalidad macroeconómica para líneas de crédito. «No hay condiciones para los gastos sanitarios, sí para los demás», dice el ministro holandes Wopke Hoekstra, a lo que su homólogo italiano Roberto Gualtieri responde que «hemos puesto el eurobono sobre la mesa y pelearemos para hacerla realidad».
Ahora, el Gobierno de Pedro Sánchez puede recurrir al Banco Europeo de Inversiones, que va a movilizar hasta 200.000 millones en préstamos para las empresas, y al Sure, el fondo de la Comisión para préstamos ventajosos con los que cubrir el coste de los ERTE.
Aún así, el ejecutivo descarta acceder al Mede, una línea de crédito de 240.000 millones que no son un rescate, ni para Italia ni para España, sino préstamos que nadie está obligado a pedir. El gobierno entiende que el acceso a los mercados es positivo y el Tesoro está preparando un calendario de emisiones.
Para acceder a estos créditos es que los estados se comprometan a utilizarlos para financiar la atención médica la cura y la prevención y, en todo caso, estarán a disposición hasta que termine la crisis del Covid-19.
Países como Italia han conseguido que este nuevo acuerdo no lleve implícitas las duras contrapartidas del rescate aprobado durante la crisis de 2008, que obligaba a un durísimo ajuste del gasto público en los países demandantes. En este caso no será así, pero países como Holanda ya han advertido que van a estar vigilantes para que el dinero se utilice con fines sanitarios y no para la economía.