Según un estudio de la Universidad de California, las mujeres con COVID-19 durante el embarazo tienen un mayor riesgo de tener un parto prematuro. Este se llevaría a cabo con menos de 32 semanas de gestación y habría hasta un 60% más de posibilidades.
En las mujeres que, además de COVID-19, sufrían hipertensión, diabetes u obesidad, el riesgo de parto prematuro crecía hasta un 160%. El artículo, que se ha publicado en The Lancet Regional Health-Americas, recalca la importancia vital de que las gestantes se vacunen.
En España, la subida de la incidencia de COVID-19 en gestantes durante la quinta ola provocó lo siguiente en la Comisión de Salud Pública. Así, mandaron un mensaje para que las embarazadas lleguen vacunadas a finales del segundo trimestre y tercer trimestre de la gestación con vacunas Pfizer o Moderna.
Pero el caso es que, en los últimos días, una gestante ha muerto en Murcia y dos han ingresado en la UCI en Valencia. Además, hay más de 500 ingresadas en Cataluña desde enero y otras dos en cuidados intensivos en el País Vasco. Queda claro que el número de gestantes ingresadas es mayor en esta ola que en las anteriores.
Las embarazadas tienen mayor riesgo de parto prematuro al contagiarse de COVID-19
Santiago Lizarraga, ginecólogo del Hospital Gregorio Marañón (Madrid), cuenta que el total de afectadas ha sido mayor ahora porque la variante delta es más contagiosa. A su vez, muchas embarazadas todavía no se habían vacunado cuando creció el número de contagios.
«Al empezar la vacunación por las personas de más edad, el sustrato donde estaban las embarazadas se quedó sin vacunar. Ahora estamos viendo las consecuencias», explica a la Agencia Efe.
El caso es que la experiencia ha demostrado que, aparte del riesgo de parto prematuro, hay otro aspecto a tener en cuenta. Y es que las mujeres embarazadas tienen más riesgo de padecer COVID-19 grave. Por ello, esto supone una probabilidad más alta de necesitar un ingreso en UCI con ventilación mecánica.
«La sensibilidad para la vacunación de las gestantes ha aumentado por las campañas de concienciación y por medidas proactivas», cuenta el doctor Lizarraga. Este considera que «hoy en día sabemos que son muy superiores los beneficios de la vacunación frente a los posibles efectos secundarios y, por tanto, se debe insistir en la vacunación».
Además, Itziar García, adjunta del Servicio de Obstetricia del Vall d’Hebron, confiesa que cada vez conoce a más mujeres que preguntan por la vacuna. «Pacientes que hace un mes estaban en el ‘no’ ahora se plantean vacunarse. Hay mucha más concienciación por parte de las mujeres y de los propios profesionales», sostiene.
No todas las opiniones van de la mano
A pesar de haber una corriente de opinión bastante homogénea sobre el tema, también hay voces discordantes. «Hay que individualizar. En el primer trimestre del embarazo el feto es más sensible y hay que cuidarlo más», explica Itziar García.
Asimismo, el hospital donde trabaja, el Vall d’Hebron, está inmerso en un ensayo de la compañía Pfizer sobre la efectividad de la vacuna en embarazadas.
«Sabemos que la COVID-19 en el embarazo es más grave y que la vacuna en la población general ayuda a atenuar la infección. ¿Qué es lo que no sabemos? ¿Qué pasa en el embarazo? Entonces, la decisión debe ser de la paciente dentro de su autonomía, hay que ver riesgos, si tiene patologías y las semanas de embarazo».
Por otro lado, Lizarraga apunta que «hoy en día no hay datos que excluyan ninguna de las etapas de la gestación. La recomendación más fuerte es que cumplimente la vacunación durante el segundo trimestre del embarazo», concluye.