Esther López de la Rosa, de 35 años, es la vallisoletana que desapareció el pasado 12 de enero en Traspinedo y que sigue sin ser encontrada. Desde entonces se han realizado numerosas batidas por la zona y se ha abierto una investigación por parte de la Guardia Civil. Por el momento, esta no ha dado sus frutos, pero ya se sustenta en una principal hipótesis.
En concreto, los agentes encargados del caso tienen claro que su desaparición no ha sido voluntaria. Y esta idea se basa no solo en los detalles aportados por la familia sino también por las pistas que han ido recabando.
Así se produjo la desaparición de Esther López
El pasado 12 de enero fue cuando se vio con vida por última vez a la joven. Esa tarde estuvo con unos amigos en un bar viendo el partido que enfrentó al Madrid y al Barcelona. Tras acabar el encuentro se fueron a casa de uno de ellos, Luis, a tomar algo.
En torno a las 00:30, Esther y dos amigos se marcharon de la vivienda de aquel a otro local. Tras pasar un rato allí, Óscar uno de ellos dejó a aquella en la carretera junto al restaurante La Maña. Según Luis ha explicado a El programa de AR, la dejó allí porque ella le dijo “que iba a venir alguien a buscarla”.
“Él la dejó pensando en que venían a buscarla y que no van a pasar estas cosas”. Y ahí es donde ya se pierde definitivamente la pista de López. Desde este instante su móvil sigue sin dar señal.
La principal línea de investigación de la Guardia Civil en el caso de Esther López
En un primer momento, parece ser que la Guardia Civil barajó la posibilidad de que esta desaparición hubiese sido voluntaria. Sin embargo, conforme ha ido avanzando la investigación, ha cambiado su principal hipótesis. Ahora ha elevado el caso a riesgo alto y considera que la suya no ha sido una marcha querida por ella.
A este punto han llegado después de recabar distintas pistas y de interrogar a personas de su entorno. Y es que su familia ha dejado patente que Esther siempre estaba pendiente de su teléfono y que en todo momento contestaba a las llamadas y mensajes que se le enviaban. De ahí que sospechen que algo le ha podido pasar pues esa noche dejó de responder a quienes intentaron conectar con ella.
Es más, su padre, Miguel López, ha dejado de manifiesto que empezó a preocuparse cuando no lo llamó. Al parecer, siempre que iba a llegar tarde o salía de casa se lo comunicaba. Incluso “aunque no tuviera móvil, me llamaba con el de un compañero”, pero en esta ocasión no fue así.
De la misma manera, los agentes que llevan el caso han reforzado la teoría de la desaparición voluntaria. Lo han hecho a raíz de algunas informaciones que han obtenido. En efecto, hay quienes les han dado a conocer que últimamente la joven se relacionaba con “malas compañías”.
Últimos datos sobre la desaparición
Lamentablemente, se sigue sin saber nada de la vallisoletana, pero parece que los investigadores tienen sobre la mesa información valiosa que no han desvelado. Lo demuestra el hecho de que este pasado miércoles optaron por eliminar las batidas de búsqueda en las que participaban vecinos de la zona.
Tomaron la determinación de que aquellas sean ahora llevadas por profesionales. Asimismo, las han centrado en una zona: en el perímetro de La Maña. Y hasta allí se han trasladado desde perros de rastreo hasta helicópteros y agentes a pie.
Mientras tanto, SOS Desaparecidos sigue centrada en tener presente la imagen de López por si alguien tiene una pista sobre ella. Insiste en resaltar que mide 1,65 metros, que tiene el pelo castaño y largo así como ojos marrones. Desapareció llevando vaquero negro y cazadora de lana con borreguito.
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