La crónica de sucesos trae una nueva tragedia familiar, esta vez ocurrida en el país asiático de Camboya. Allí, un padre de familia le ha cortado la cabeza a su mujer delante de su hijo pequeño y la ha paseado en moto por el barrio. El detonante de tal salvajada no fue otro que los celos enfermizos.
Phuong Ratha, un hombre de 27 años, asesinó a su mujer y se paseó con su cabeza atada a la moto. La víctima es Ly Srey Nouch, una joven de solo 23 años y madre de un bebé de un año. El agresor fue interceptado por la policía y conducido a comisaría, donde admitió los hechos con frialdad.
Este macabro suceso ocurre apenas unos días después de otra tragedia familiar en un país asiático. Dos hermanas pakistaníes que residían en Terrassa (Barcelona) fueron asesinadas en su país por no querer casarse. Fueron torturadas y ejecutadas a sangre fría por sus parientes más cercanos.
Hombre celoso y violento
Phuong Ratha, de 27 años, y Ly Srey Nouch, de 23, formaban una pareja y tenían una vida en común en la capital camboyana (Phnom Penh). Hace un año tuvieron un niño, y vivían una existencia aparentemente feliz a ojos de los demás. Pero de puertas para dentro, la convivencia era un infierno.
El pasado mes de febrero, la pareja se mudó a la capital para iniciar una nueva vida con su bebé. Sin embargo, los vecinos confirmaron a la policía que las peleas eran frecuentes debido al carácter agresivo del hombre. El padre de familia era un celoso enfermizo con una conducta violenta.
El hombre sometía a su mujer a toda clase de abusos, y además le impedía que tuviera amigos o que viera a su familia. Su obsesión acabó en tragedia el pasado viernes, cuando mató a su mujer a sangre fría y le cortó la cabeza. El relato de los hechos del propio asesino pone los pelos de punta.
Su terrible venganza
Según desvela la prensa local, Phuong estaba convencido de que su mujer se veía con otro hombre. Movido por los celos, el pasado viernes atacó a la joven en su propia casa delante de su hijo de un año. Primero la degolló para que se desangrara, y una vez muerta le cortó la cabeza.
Pero eso no fue todo, ya que a continuación ató la cabeza a su moto y la paseó por las calles del barrio en una última muestra de menosprecio. Finalmente se deshizo del cuerpo en una zona llena de arbustos y poco accesible. Un vecino de 48 años encontró los restos aquel mismo día.
El hombre vio un gran charco de sangre y el cuerpo decapitado de la víctima en el patio trasero de la vivienda de la pareja. Atónito, llamó a la policía avisando de que había una mujer asesinada. Las autoridades interceptaron al hombre al día siguiente en Takeo, una ciudad a 96 kilómetros de la capital.
Movido por los celos y la ira
Una vez detenido, Phuong confesó haberle cortado la cabeza a su mujer y haberla paseado por el barrio. “Estaba celoso porque sentía que mi esposa se comportaba de manera diferente”, explicó a los agentes. Aseguró no haberla pegado antes de matarla, y que le cortó el cuello con un cuchillo.
Según su relato, puso la cabeza de la víctima en un saco blanco y la ató a la moto con la que estuvo dando una vuelta. Alegó haberlo hecho en un momento de ira, preso de los celos al creer que su mujer se veía con otro. El hombre fue llevado ante el juez y ahora se encuentra en prisión provisional a la espera de la sentencia.
Según el informe policial, “la víctima fue hallada tirada en el suelo cara abajo con el cuello cortado”. La investigación ha puntualizado que el marido ha confesado los hechos y que no hay más sospechosos o implicados. “El ataque fue motivado por la ira y los celos”, añade en cuanto a las motivaciones.