Doctores con EPIs tratando a un paciente en la UCI

Un conocido científico señala lo que España está haciendo mal para frenar la pandemia

El científico José Luis Jiménez ha destacado la importancia del reconocimiento de la transmisión por aerosoles para adoptar las medidas adecuadas para controlar el virus

Doctores con EPIs tratando a un paciente en la UCI
Un conocido científico señala lo que España está haciendo mal para frenar la pandemia | iStock

Aunque desde la Organización Mundial de la Salud han señalado en varias ocasiones que el coronavirus se propaga a través de las gotitas de saliva o del fluido respiratorio que expulsamos al toser o estornudar, son muchos los expertos que han reclamado la importancia de que también se reconozca a los aerosoles como una de las principales formas de transmisión del virus.

Para José Luis Jiménez, investigador y catedrático en la Universidad de Colorado, este es el principal fallo que se está cometiendo y el motivo por el que no se consigue controlar la pandemia.

Según ha explicado el experto, si los responsables sanitarios reconocieran esto, podrían adoptar medidas que serían más eficaces y menos restrictivas para controlar la expansión del virus. 

El coronavirus puede transmitirse por vía aérea a través de los aerosoles y a través de las gotículas. En una entrevista con 'La Vanguardia', el zaragozano ha explicado que aunque ambas «se exhalan al respirar, toser, estornudad, hablar, cantar o gritar», las gotículas o los aerosoles «se comportan de manera diferente en el aire». 

«Las gotas infectan por impacto, cuando se pegan dentro del ojo o de la boca abierta de la persona, mientras que los aerosoles flotan, como el humo e infectan cuando los inhalamos». 

Chaplin es el culpable del error

A pesar de que son muchos los expertos que han destacado que el virus se puede transmitir a través de los aerosoles, no hay consenso sobre ello. «Es un error histórico que viene de 1910», ha desvelado José Luis Jiménez sobre el motivo por el que algunos niegan esta posibilidad. 

«Cuando el investigador norteamericano Charles Chapin se da cuenta, 50 años después de que Pasteur descubriera los gérmenes, de que las enfermedades respiratorias se transmiten mejor en cercanía. Entonces se pensaba que las enfermedades se contagiaban por el aire, y se decían barbaridades, como que un fantasma las llevaba de Estados Unidos a Europa».

«Por eso Chapin pensó que la única forma de conseguir que la gente se lavara las manos o mantuviera distancia era decir que los gérmenes se transmitían por las gotitas que expulsaban los enfermos al hablar. Y esta es todavía la posición de la OMS».

Está demostrado el contagio a través de aerosoles

Sin embargo, hay seis estudios que demuestran que el coronavirus puede transmitirse a través de los aerosoles. «El más conocido es el del coro de Skagit (Estados Unidos) en el que se contagiaron 52 personas de las 60 que fueron a un ensayo».

«Los asistentes se sentaron en posiciones fijas, no se tocaron, utilizaron hidrogeles, e hicieron 10 minutos de pausa. Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), hacen falta 50 minutos hablando con alguien para que le puedan impactar suficientes gotas y haya contagio. ¿Cómo va a hablar el paciente índice con 52 personas todo ese tiempo? El virus en el aire es la única explicación para ese brote».

Los aerosoles son como el humo del tabaco

José Luis Jiménez ha explicado que los aerosoles se comportan como «el humo que exhala una persona cuando está fumando». Por lo tanto, «si estás a medio metro, te llega el humo. Por eso lo más importante es guardar la distancia y llevar la mascarilla». 

También ha recalcado la importancia de utilizar una mascarilla que tenga una tela de buena calidad y que «se ajuste bien a la cara, que no deje ningún hueco por donde pueda pasar el aire». 

«En España casi nadie la lleva bien puesta y os preguntáis por qué no paran los contagios. ¡Pero si las lleváis de decoración!», ha destacado. 

España debe aplicar medidas más efectivas y menos restrictivas

El virus se puede mantener durante una o dos horas «en un espacio interior», pero siempre dependerá de la «temperatura, la humedad y los rayos ultravioleta» el tiempo que pueda permanecer activo. 

«Por eso es tan importante hacer todo lo que se pueda al aire libre con distancia y mascarilla, sobre todo actividades en las que la gente vocaliza» y si esto no es posible es muy importante «ventilar o dejar las ventanas abiertas en todo momento y medir el CO2».

«El valor óptimo» del CO2 «es de 400 ppm; eso quiere decir que si en un aula de una escuela se miden 4.000 ppm, significa que los alumnos están respirando por segunda vez el 15% del aire». 

Así, ha destacado que si los centros educativos midieran todos los días el CO2 «rápidamente aprenderían que un día que hace poco viento hay que abrir las ventanas del todo. Una vez que aceptas que el virus se contagia por aerosoles, puedes tomar medidas más inteligentes».

Además, el experto ha señalado que en España se están tomando medidas que no son eficaces y que «cabrean a la gente» De esta forma, ha explicado que los locales deberían abrir en función del nivel de CO2 y de la actividad. «Si se pasa de 700 ppm, ventilarlo y cerrar el local, no importa el tipo de negocio». 

«Y no es lo mismo una biblioteca o un cine, donde la gente no habla, que un coro o una clase de spinning, que son actividades menos seguras».

«Nunca cerraría los parques, siempre y cuando hubiera alguien controlando que la gente lleva mascarilla y no se arremoline. Y en cuanto al transporte público, que los pasajeros no hablen y que haya más frecuencia de paso. En definitiva, menos restricciones, pero más inteligentes».