El Grupo VI de Homicidios de Madrid trabaja a contrarreloj para arrojar algo de luz sobre el misterioso cadáver quemado que apareció el pasado domingo en un descampado de Vallecas.
No está siendo una tarea nada fácil para los investigadores, que se estarían enfrentando a un crimen muy bien calculado por alguna organización dedicada al tráfico de drogas. Una conclusión a la que han llegado por el 'modus operandi' empleado.
Según la principal hipótesis del caso, la víctima se trataría de un hombre de mediana edad asesinado como consecuencia de un posible ajuste de cuentas. Es decir, un tema de deudas relacionado con las drogas, tal y como han detallado fuentes del caso al diario ABC.
El cerco de la investigación se está estrechando cada vez más y ya se han podido descartar otras hipótesis que estaban sobre la mesa.
De hecho, en un primer momento, los investigadores advirtieron que el cadáver había sido encontrado en una zona frecuentada por hombres que practican el cruising. Un término que se utiliza para referirse a encuentros sexuales con desconocidos en lugares aislados.
Sin embargo, las primeras pesquisas apuntan a que los tiros no van por ahí, por lo que las investigaciones se han centrado en la hipótesis principal. Una situación que hace que el tétrico y misterioso suceso esté más cerca de resolverse.
La policía se centra en identificar el cuerpo quemado en un descampado de Vallecas
Todo comenzó el pasado domingo en torno a las 11 de la mañana en el madrileño barrio de Villa de Vallecas.
Las autoridades policiales fueron avisadas de un incendio en un descampado de la zona y se toparon con una terrible sorpresa nada más llegar al lugar de los hechos. Se trataba de un cadáver humano en llamas.
Concretamente, el cuerpo sin vida de la víctima fue hallado en el Cerro del Murmullo. Una zona abandonada y habitualmente frecuentada por toxicómanos debido a su proximidad con la Cañada Real, foco de venta de drogas.
Prácticamente carbonizado, el cadáver ardía envuelto en una cortina de ducha cuya llamas tuvieron que ser sofocadas por las autoridades.
El cadáver fue hallado sin dedos ni dientes: la clave fundamental está en el ADN
Tras apagar el fuego, los agentes allí desplazados pudieron comprobar que la víctima estaba semidesnuda y tenía los diez dedos de las manos completamente amputados.
Tampoco tenía dientes, los cuales habían sido arrancados de cuajo, presumiblemente, para dificultar la identificación del cadáver.
Sin poder recurrir a las huellas dactilares ni a la dentadura del cuerpo carbonizado, los investigadores tienen una misión muy complicada por delante. Al estar el cadáver prácticamente calcinado, tampoco pueden observar las marcas de nacimiento o posibles tatuajes de la víctima.
Por esta razón, los policías a cargo del caso se han centrado en la búsqueda de ADN para poder esclarecer los hechos. Los restos mortales del hombre asesinado han sido trasladados a un centro forense, donde se le practicará una biopsia y se intentarán extraer restos biológicos.
Estos serán cotejados con la base de datos de la policía, por si se diese el caso de que el perfil genético de la víctima está registrado por la investigación de un delito previo.
Sin embargo, los especialistas de la Brigada de Policía Científica también se han centrado en inspeccionar el lugar de los hechos. Por ejemplo, han recogido muestras de laboratorio para descubrir qué tipo de acelerante se utilizó en el incendio, que fue intencionalmente provocado.
Además, la investigación también se está centrando en la revisión de las denuncias por desaparición registradas, en un intento de encontrar posibles pistas que sirvan para esclarecer el misterioso caso.