La búsqueda de Anna y Olivia, las niñas de 1 y 6 años secuestradas por su padre, se está convirtiendo en un infierno para la familia. A pesar de todo, su madre Beatriz se encuentra fuerte y confiada en que las niñas están bien. En las últimas horas ha enviado una carta a los españoles, con una petición expresa al secuestrador.
Beatriz le pide a Tomás «que por favor desista y nos les haga sufrir porque ellas no tienen la culpa de nada y estarán queriendo verme desesperadamente, como cualquier niño a su madre». Sigue creyendo firmemente en que las niñas están vivas y en buen estado, junto a su padre, pero desea que la pesadilla acabe ya y por eso le hace esta petición a Tomás.
Tomás Gimeno secuestró a sus hijas hace diez días y, desde entonces, todos los intentos de la policía para encontrarles ha sido en vano. El caso ha generado una gran expectación, y la madre de las niñas, Beatriz Zimmerman, ha querido agradecer el apoyo de la sociedad española a través de una carta difundida en los medios.
«Quiero agradecer a todo el mundo la increíble colaboración de búsqueda en la que están colaborando para encontrar a mis niñitas», dice la madre al principio de la carta, y asegura que «gracias a todo el apoyo policial, difusión de las redes sociales y noticias a nivel mundial, tengo esperanza de que las encontremos y puedan volver a mis brazos». Beatriz está convencida de que la repercusión «increíble» que ha tenido la noticia está ayudando en la investigación, y lo ha definido como «la fuerza del amor».
«Sobran las palabras para explicar qué puede sentir una madre cuando se llevan a sus dos razones de ser», asegura, pero cree que el apoyo popular «es una fuerza que puede con todo, y todos juntos y unidos podemos encontrar a Anna y Olivia».
'Esto es una carrera de fondo'
Después de diez días sin las niñas, la madre ha lanzado un mensaje de esperanza a todos los españoles: «Esto es una carrera de fondo y tengo que estar fuerte por ellas». También dice en la carta que «mi fortaleza se la debo a todos ustedes, siento que están remando conmigo». Un mensaje muy emotivo que demuestra la fortaleza de Beatriz en estos duro momentos. «Mis niñitas están profundamente agradecidas y es muy bonito sentir tal conexión entre todos por un mismo motivo», añade.
La carta concluye con las siguientes palabras: «Aunque no lo crean, esto da esperanzas para construir un mundo mejor, donde se siente el amor y la compasión. Esto demuestra que ante las adversidades, todos nos apoyamos». Acaba agradeciendo al mundo «por ayudarme a levantarme cada día con la esperanza de que hoy vienen de vuelta, por la compasión y el amor que están vibrando, y por ayudarme a traerlas de vuelta».
Crece la esperanza de volverlas a ver con vida
El hallazgo de la barca de Tomás a la deriva y con restos de sangre hizo temer lo peor durante las primeras horas de búsqueda. Pero los análisis demostraron que la sangre no era de las pequeñas, y los detalles de la investigación que se han ido conociendo han dado un vuelvo a la situación. La policía cree que las niñas están con vida, junto a su padre, y Beatriz, la madre, comparte esa sensación.
Antes de desaparecer, Tomás le dijo a Beatriz que no volvería a ver a las niñas pero que cuidaría de ellas. Tomás odiaba a la pareja de Beatriz, y no quería que las niñas vivieran con él. Además, después de salir con su lancha volvió a tierra firme para buscar un cargador y cargar el teléfono. Todas estas señales indican que Tomás no quería suicidarse, ni matar a las niñas, sino escapar hacia algún lugar donde empezar una nueva vida. La hipótesis es que Tomás no quería que las niñas vivieran con Beatriz y su nueva pareja, y organizó un plan, ayudado por alguien, para escapar a Sudamérica o a África.
Tomás se llevó a las niñas la tarde del martes 27 de abril. Según la investigación, dejó a las niñas en una embarcación y salió solo con su lancha para despistar a la policía. Luego volvió porque se quedó sin batería en el móvil con el que supuestamente tenía que contactar con la embarcación donde estaban Anna y Olivia. Finalmente, volvió a salir con su lancha y apagó el GPS. A partir de ahí, se le pierde la pista.
Los amigos de Tomás han rastreado las embarcaciones en aguas canarias los últimos días y sospechan de un velero que se dirige hacia África. Los movimientos y las horas coinciden con el caso de Tomás y sus hijas. Además, el hombre es gerente de una plantación de plátanos y tiene contactos comerciales en África.