Luto en Palencia por la muerte de Carlos, un chico de solo 17 años que ha perdido la vida al volante de un coche. El menor perdió el control del vehículo ayer por la mañana en la P-953 a su paso por Villarramiel. La mala visibilidad por la niebla hizo que se saliera de la calzada e impactara contra un muro.
Se da la circunstancia de que el padre de Carlos, Juan José, también murió en la carretera cuando era muy joven. En 2005, este joven de 25 años perdió el control del coche y se salió de la vía muriendo en el acto. Su hijo Carlos tenía apenas un año, y años después ha sufrido el mismo trágico destino.
En la localidad palentina reina hoy el luto por el desgraciado suceso que se ha llevado a una persona tan joven. El chico no tenía permiso de conducir, aunque en el entorno aseguran que sólo cogía el coche de noche. Era un gran aficionado a los vehículos de motor, y un enamorado de las rutas en bici de montaña.
Cogía el coche de madrugada
La edad mínima para tener carnet de conducir son 18 años, así que este menor de edad aún no podía manejar el coche. Sin embargo, a veces se ponía al volante a altas horas de la madrugada, cuando hay menos tráfico. Y fue precisamente a las 6 de la mañana cuando tuvo el accidente que acabó con su vida.
En el kilómetro 31 de la P-953 en Villarramiel, el Peugeot 208 que conducía se salió de la vía por la izquierda y luego por el margen derecho. Con el vehículo totalmente fuera de control, cruzó una rotonda por el centro y chocó contra un muro de contención. El coche quedó aplastado en un paso elevado de la N-610.
Según informa El Norte de Castilla, el accidente se produjo cuando el menor atravesaba una recta a una velocidad inapropiada. La mala visibilidad debido a la niebla estuvo también en el origen del siniestro. El lugar del accidente, a 40 kilómetros de Palencia, es un punto afectado habitualmente por densas nieblas.
El motor, su gran vocación
Al lugar del accidente acudieron efectivos de la Guardia Civil de Tráfico, bomberos y una ambulancia de soporte vital básico. También un equipo médico del centro de salud de Villarramiel, que solo pudo confirmar la muerte del menor. Carlos era el único ocupante del vehículo, y no hubo más coches implicados.
Carlos cursó los estudios de Primaria en el colegio Blas Sierra de Palencia, y ahora estaba en segundo curso de Formación Profesional en el instituto Camino de Miranda. Estudiaba un grado en Mantenimiento de Vehículos, ya que el motor era su gran vocación. El centro cerró ayer sus puertas y organizará un acto en su recuerdo.
Este es el segundo accidente mortal con menores en España en las últimas 24 horas. Ayer, a las 17:15 horas, un joven de 16 años murió al chocar su moto contra un coche en el término castellonense de Sant Jordi. Esta misma semana, Valencia está de luto por la muerte de tres jóvenes entre 18 y 21 años.
Se repite la tragedia
El trágico final de Carlos con solo 17 años cierra el círculo de la tragedia familiar, que se abrió un día de julio de 2005. Aquel día, un joven de 25 años llamado Juan José perdió el control de su vehículo en la CL-613 entre Paredes de Nava y Villalumbroso. El hombre, natural de Boadilla de Rioseco, falleció en el siniestro.
Un año antes, en 2004, había nacido su hijo Carlos, que tenía apenas un año cuando su padre murió. Juan José Arengos tuvo el accidente cuando volvía de una concentración de vehículos tunning en Villada. Y es que Carlos llevaba el amor por los coches en la sangre, ya que lo había heredado de su padre.
En el accidente también murió José Antonio, un vecino de Palencia de 21 años. El cuerpo de José Antonio apareció solo en el vehículo, e inicialmente pensaron que solo había un fallecido. Tuvieron que volver al lugar para buscar el cuerpo del otro joven, Juan José, que había salido despedido varios metros.