Hacienda cuenta con numerosas herramientas y protocolos de actuación para vigilar las transacciones monetarias realizadas por los ciudadanos españoles.
Con el objetivo de luchar contra la economía sumergida y evitar el fraude fiscal, la Agencia Tributaria colabora estrechamente con el Banco de España para detectar cualquier indicio de delito.
Los bancos con sede en nuestro país tienen la obligación de informar a Hacienda sobre nuestros movimientos económicos, poniendo especial atención en los grandes ingresos bancarios.
Los inspectores empiezan a poner la lupa sobre aquellos cobros y pagos de elevadas cifras de dinero. Realizan seguimientos personalizados para detectar posibles anomalías e incluso pueden llegar a exigir a la persona física explicaciones sobre la procedencia del dinero.
Nadie está exento de este sistema de control que pretende evitar la entrada en circulación de dinero no declarado. Cualquier transacción que supere los límites impuestos por Hacienda puede levantar las sospechas y ser objeto de investigación por parte del ministerio fiscal.
Los movimientos bancarios que están bajo la lupa de Hacienda
En plena era digital, las transacciones de dinero virtual han ido ganando terreno a los pagos en efectivo.
Durante muchos años, los colchones y las cajas fuertes escondidas en los hogares sirvieron para almacenar el dinero de los españoles. Una situación que ha cambiado con la llegada de los pagos electrónicos y las cuentas corrientes de ahorro.
A través de estos métodos, Hacienda puede ejercer un control casi total sobre nuestras transacciones e ingresos bancarios, ya que todos nuestros movimientos quedan registrados por los bancos.
Precisamente, estas entidades son las encargadas de alertar a los inspectores de la Agencia Tributaria sobre los cobros y pagos sospechosos. Un sistema utilizado para descubrir la procedencia de posible 'dinero en negro'.
Un ingreso de más de 3 000 euros puede levantar las sospechas de Hacienda
En este caso, Hacienda activa el protocolo de investigación cuando se realizan transacciones bancarias superiores a los 10 000 euros. Además, los pagos y cobros desde 3 000 y los préstamos o créditos superiores a 6 000 euros también cuentan con la lupa del Ministerio.
De esta forma, ingresar en cuenta más de 3 000 euros podría llevar a los inspectores a abrir una investigación y solicitar información adicional sobre la procedencia del capital.
Más allá de los movimientos monetarios virtuales, las transacciones de dinero en efectivo siguen siendo muy habituales en nuestro país.
En España no es ilegal tener dinero en efectivo en el domicilio ni en una cuenta bancaria en el extranjero. Eso sí, para ser legal es necesario que la persona haya declarado ese capital en la Renta.
En cualquier caso, Hacienda pide información sobre aquellos pagos y cobros en efectivo que superen los 10.000 euros fuera de nuestras fronteras y si superan los 100.000 dentro de nuestro territorio.
Si la procedencia del dinero está justificada y la cuantía está declarada ante Hacienda, la transacción será válida. Pero, de lo contrario, podría penalizarse al ciudadano.
Hacienda también vigila las transacciones en efectivo y los billetes de 500 euros
Además, la Agencia Tributaria y el Banco de España también controlan todas aquellas retiradas o ingresos de billetes de 500 euros.
Cabe recordar que se trata de un billete cuya circulación ha disminuido drásticamente en los últimos años.
En mayo de 2016 el Banco Central Europeo (BCE) decidió dejar de producirlos y, en consonancia, el Banco de España no los emite desde el 2019. Por tanto, se pueden seguir usando como medio de pago, aunque bajo la vigilancia de Hacienda.
De esta forma, la Agencia Tributaria trabaja sin descanso para modernizar sus inspecciones y buscar nuevos métodos para detectar posibles fraudes fiscales.