Este martes volvió a reactivarse la búsqueda del cuerpo de Marta Calvo en la localidad valenciana de Manuel. Se cumplen casi dos años de su desaparición, y los investigadores son incapaces de conseguir avances. Es como si la tierra se la hubiera tragado.
Hay varios motivos por los que la Guardia Civil ha vuelto a peinar esa zona. La declaración de una mujer ha resultado decisiva. Aseguró haber visto cerca de un pozo un vehículo con el maletero abierto.
Y no solo eso. El presunto sospechoso del asesinato de Marta Calvo había dicho en su día que se trataba de "un lugar bueno para ocultar un cadáver". No se trata de la primera vez que trabajan en esta área, pero en las anteriores ocasiones los esfuerzos resultaron inútiles.
Esta testigo acudió a la Guardia Civil hace unos días para aportar su testimonio. Advirtió de la presencia de un coche detenido en la CV-562, una carretera local que apenas tiene arcén.
Después de tomarle declaración, los encargados de esta investigación han delimitado la nueva zona de búsqueda. Se trata de un área que comprende entre otras cosas un pozo que no está sellado, varias casas abandonadas, un invernadero y acequias con fango.
La citada mujer aseguró a los agentes que unos días después del crimen de la joven vio al sospechoso. Fue cuando ella circulaba en coche con su marido por la vía CV-562 en dirección a Xàtiva.
Con anterioridad la Guardia Civil ya había realizado labores de búsqueda en una zona próxima, donde se localiza una cantera y un vertedero ilegal. En concreto en el paraje de Font Amarga, en Villanueva de Castellón. En aquella ocasión hasta medio centenar de agentes participaron en los trabajos.
Las nuevas pistas aportadas por la testigo sitúan al presunto asesino de Marta Calvo fuera del área delimitada por las ubicaciones del móvil. No hay que olvidar, que Jorge Ignacio confesó en su día haberla descuartizado tras una muerte accidental.
La búsqueda se suspendió hace algo más de 15 días tras centrar la Guardia Civil su investigación en un vertedero ilegal cercano a Manuel. Concentraron gran parte de sus esfuerzos en la ermita de Santa Ana, en Llosa de Ranes; en Font Amarga y una zona rural.
Marta Calvo, dos años sin noticias
Esta semana retomaron los trabajos de investigación sobre el terreno con el objetivo de localizar el cadáver de Marta Calvo. La joven desapareció en Manuel en noviembre de 2019. Había mantenido un encuentro sexual con el sospechoso, pero a partir de ahí hay muchas incógnitas.
Jorge Ignacio declaró que murió de manera accidental en un episodio de relaciones sexuales y cocaína. Para deshacerse del cuerpo optó por descuartizarlo y repartirlo por distintos contenedores. La madre de este tendrá que acudir en calidad de testigo al juzgado el próximo 15 de octubre.
Algunas de las acusaciones personadas en el asunto reclamaron al juez su versión ante las contradicciones detectadas por los forenses. Creen que ella está al corriente de todo al existir un alto grado de complicidad entre madre e hijo. Tampoco aprobaba su forma de vida.
Aunque residía en Mallorca, el fin de semana posterior a la desaparición de Marta estuvo con su hijo en Manuel. Allí celebrarían el cumpleaños de él.
Un amigo del sospechoso también contribuyó con su testimonio a que la investigación no se diera por concluida. Acudió en marzo a la Guardia Civil para compartir sus sospechas de que Jorge fuera el culpable del crimen.
Contó que estaba convencido de que la madre estaba al corriente "de todo lo sucedido". Sacó estas conclusiones tan mantener una conversación con él durante un recorrido en coche, donde le desveló datos esenciales.