Las diferentes coladas de lava que ha generado el volcán de La Palma siguen con su camino casi imparable ladera hacía abajo dirección al mar. En las últimas horas ya han entrado de pleno en el último núcleo urbano que fue desalojado por completo, Todoque. Todo pese a que en las últimas horas ha seguido ralentizando el avance de la lava que ya es de poco más de 100 metros a la hora.
Y viendo esta lentitud, hay quien se preguntaba si se podrían tratar de desviar los cauces de estos restos de magma. Sobre todo viendo que empiezan a surgir dudas sobre si realmente alcanzará la costa. En eso, centraron buena parte de sus esfuerzos el cuerpo de Bomberos del Consorcio de Gran Canaria.
Su objetivo no es otro de tratar de minimizar la destrucción que está provocando la lava. Hay que recordar que ya hay más de 300 viviendas afectadas, además de decenas de explotaciones agrícolas. Se calcula que la lava ya ocupa una extensión de unas 150 hectáreas.
"Que no sea por no intentarlo", comentaban en su cuenta de Twitter. Y es que la pasada tarde y noche estuvieron trabajando con maquinaria pesada en la zona de Todoque, intentando salvar alguna casa y la iglesia. Su intención era aplanar el terreno, liberarlo de obstáculos y conseguir crear un canal que pueda alejar la lava de las viviendas.
Lo estaban intentando porque las condiciones de la orografía así se lo permitían, a diferencia de otras zonas ya afectadas. Y en un principio se mostraban optimistas: "Parece que los intentos por desviar la lava están dando sus frutos", explicaba l Sargento Jesús Madero del Consorcio de emergencias de Gran Canaria en Nius.
Y daba detalles de como habían sido esos trabajos y si esperan resultados. "Están utilizando elementos estructurales que tenemos en la zona para crear una línea que pueda reconducir esa colada y además se está internando hacer como una canalización. Son palés con adoquines bastante sólidos para que se apoye la colada se consiga desviar la lava. A lo largo del día se verá si es efectivo", concretaba.
"Esperamos que se pueda salvar algo, hay que buscar soluciones a los problemas", insistía. Relataba como están utilizando los materiales que tienen más a mano. Aunque reconocía que saben que la lava es "imparable" y que habrá parte de Todoque que quedará arrasado.
Los métodos utilizados en otras erupciones con diferente éxito
Pero la acción de los bomberos canarios no son el único ejemplo de intentos de haber parado el avance de una erupción. En otras zonas volcánicas se han probado otros métodos con éxitos dispares.
Uno de ellos es en la erupción del volcán Mauna Loa de Hawai en 1935. En aquella ocasión, la lava se desplazaba por tubos formados por otras erupciones anteriores en dirección del pueblo de Hito. El director del Observatorio Hawaiano del Volcán, Thomas Jaggar propusó explosionar esos tubos.
Los tubos quedaron destruidos pero realmente lo único que se consiguió fue hacer más lento el avance de la lava que los volvió a llenar. Si Hito se salvó fue porque el volcán dejó de expulsar materiales.
La isla islandesa Vestmannaeyjar vio como en 1973 erupcionaba el volcán Eldfell. Los vecinos utilizaron carros para transportar y lanzar agua marina helada sobre las coladas de lava. Consiguieron que solo se destruyera una quinta parte del pueblo y salvaron su valioso puerto.
En una de las múltiples erupciones del Etna, en 1983, los sicilianos intentaron salvar 3 pueblos construyendo barreras de rocas. Una primera de 18 metros fue superada pero la segunda consiguió su objetivo de desviar el cauce del magma.