Las navidades de Begoña Gómez y Pedro Sánchez también han sido diferentes. El presidente del Gobierno y su familia no han podido seguir con su tradición en fin de año, estar en la nieve esquiando.
El líder del PSOE no ha podido poner rumbo en esta ocasión al pirineo aragonés para descansar en estas fechas tan señaladas en el valle de Benasque, Huesca. Este en un destino por el que el presidente del Gobierno y su mujer tienen auténtica predilección.
De hecho, antes de llegar a La Moncloa, solían trasladarse a la estación de Cerler, la más alta del pirineo aragonés, para esquiar durante las vacaciones de Navidad y también en Semana Santa.
Pedro Sánchez conoce bien esta zona por sus tiempos de estudiante y las escapadas escolares a la nieve. El líder socialista conoció estas pistas cuando tenía 12 años con el colegio en la Semana Blanca y ha vuelto a él en varias ocasiones en los últimos años.
No obstante, su condición de presidente del Gobierno le ha obligado a cambiar esta tradicional escapada por motivos de seguridad en varias ocasiones.
Amante del deporte invernal
Su mujer, Begoña Gómez, es la más aficionada de la familia a este deporte blanco. Por ello, según ‘El chivato’, la decisión de cancelar la estancia en el pirineo aragonés, esta vez por la pandemia del Covid-19, ha vuelto a entristecer a la esposa del jefe del Ejecutivo.
Al parecer, Begoña Gómez tenía la esperanza de poder disfrutar de alguna jornada de esquí, aunque fuese en el último momento. Sin embargo, las restricciones impuestas por el Gobierno no se lo han permitido.
Los cierres perimetrales que se dictaron en la mayoría de las comunidades autónomas en vísperas de Navidad para frenar la expansión del Covid-19 han vuelto a impedir a la esposa de Pedro Sánchez disfrutar del deporte blanco.
A pesar de ello, parece que Begoña Gómez no renuncia a una escapada discreta en las próximas semanas si las medidas lo permiten o como muy tarde durante las próximas vacaciones de Semana Santa.
Estaciones al límite
Lo cierto es que no sólo Pedro Sánchez y su familia se han quedado sin poder disfrutar estas navidades de las pistas de esquí del pirineo aragonés.
La pandemia ha supuesto un duro golpe para las estaciones de esquí que están viviendo una temporada de nieve atípica por la falta de visitantes.
De hecho, las asociaciones turísticas del pirineo cifraron en un 10 por ciento de media el número de hoteles que abrieron estos días festivos ante la escasez de reservas debido a las actuales restricciones de movilidad impuestas por el Gobierno y las autonomías.
La apertura de las pistas aragonesas iba a producirse el 23 de diciembre, sin embargo cuatro días antes se canceló tras el anuncio del Ejecutivo autonómico del mantenimiento de la limitación de movilidad. Esta situación hacía inviable la actividad blanca y echaba por tierra la campaña de Navidad, lo que supone entre el 30 y el 40 por ciento del negocio en este sector.
El impacto del coronavirus en las estaciones aragonesas está dejando desolados a los amantes del deporte blanco, que confían en que se levanten las restricciones de movilidad cuanto antes para poder disfrutar de la nieve y que los negocios que viven de ella puedan remontar esta temporada tan atípica.
Lo cierto es que nieve no falta y las pistas presentan unos espesores y calidad que pocos años se dan en estas fechas. Pero lamentablemente la apertura de las estaciones, a excepción de Astún, está supeditada a que la situación en la evolución de la crisis sanitaria mejore y finalicen cuanto antes los confinamientos perimetrales.