El buque oceanográfico Ángeles Alvariño ha puesto fin a la búsqueda de Anna y Tomás Gimeno. Las autoridades dan por finalizado el operativo de rastreo. Dan por hecho que sus cuerpos están en algún lugar insondable del fondo del mar.
El portavoz de la familia de Anna y Olivia, Joaquín Amills, ha manifestado la sensación que embarga a la madre, Beatriz Zimmermann: «Todos hemos perdido». Ve con tristeza el cumplimiento de sus peores presagios, ya que no han encontrado al presunto asesino.
Amills ha desvelado que la madre de las niñas se encuentra tranquila después de conocer el fin de la búsqueda. Las complicadas operaciones de rastreo han logrado dar con el cuerpo de una de las hermanas: Olivia, de 6 años, apareció el pasado 10 de mayo.
Sin embargo, Anna y Tomás siguen en paradero desconocido. La principal hipótesis es que el padre de las niñas las mató y luego se quitó la vida. Los investigadores creen que sus cuerpos fueron arrastrados por la corriente hacia algún lugar del océano.
Pero a más de 1.500 metros de profundidad, donde supuestamente estarían los cadáveres, es casi imposible encontrar un cuerpo humano. Esto ha motivado la orden de la jueza de finalizar las tareas de búsqueda. Esto deja abiertos muchos interrogantes sobre el caso.
La zona en la que podrían estar el bebé y su padre es una zona escarpada con un suelo en relieve. La jueza al mando de la investigación considera que es una búsqueda «inabordable». Por eso ordenó el fin de las pesquisas, este mismo miércoles.
'No se ha cerrado el círculo'
Para Beatriz Zimmermann, madre de las niñas, encontrar el cuerpo de Tomás Gimeno era clave para cerrar el círculo. La sola idea de que el padre pueda seguir con vida y en libertad le atormenta. Ahora siente que no haber encontrado su cuerpo es como una derrota.
Pero la situación también ha cambiado respecto al principio de la búsqueda. Ahora existen más indicios sobre lo que sucedió la noche del 27 de abril. Todas las evidencias apuntan a que el padre secuestrador se suicidó después de asesinar a sus hijas.
Según Joaquín Amills, esto ayudará a Beatriz a sobrevivir a la muerte de sus hijas. Pero también quedará una duda para siempre: «Podemos pensar en un 99% que se ha suicidado, pero la realidad es que sigue en busca y captura como si hubiera aparecido».
Expresando el sentir de la madre de Anna y Olivia, Amills ha dicho que «todos hemos perdido, porque vamos a dejar a un cruel asesino a perpetuidad por no disponer del cuerpo». También ha dejado claro que «el círculo no ha podido ser cerrado».
Muchas incógnitas abiertas
Joaquin Amills, presidente de SOS Desaparecidos, asegura que «las incógnitas, muchas de ellas, van a seguir ahí. Podríamos pensar que terminó con su vida, pero la realidad es que su cuerpo no ha sido encontrado, tristemente».
La propia Beatriz Zimmermann solicitó en varias ocasiones que el buque especializado siguiera rastreando el fondo marino. Se comunicó con el mismísimo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que le prometió buscar hasta el final. Pero no ha podido ser.
Por otro lado, la madre y la familia de las niñas han agradecido constantemente la labor de los efectivos de búsqueda. La voluntad de Beatriz es agradecer personalmente a los miembros de la tripulación del Ángeles Alvariño. Gracias a ellos podrá enterrar a su hija.
Una vez cerrada la fase de búsqueda de los cuerpos, el próximo paso será el funeral público por las niñas. Estaba previsto que se celebrara estos días, pero todo dependerá de cómo evolucione la incidencia del coronavirus en las Islas Canarias.
Y es que la familia de las niñas quiere realizar un funeral abierto al público. Beatriz quiere que sea una oportunidad para que, de forma simbólica, toda España se despida de Anna y Olivia. Quedarán así como un símbolo de las víctimas de la violencia vicaria en el país.