La autopsia realizada al cadáver del joven con esquizofrenia que fue abatido por la Guardia Civil el pasado lunes, 11 de enero, ha confirmado que la víctima Joel García Balaguer, sufrió tres impactos de bala y un golpe en la cabeza.
Tal y como han informado desde 'Heraldo', el examen forense se ha llevado a cabo durante los dos últimos días en el Instituto de Medicina Legal de Aragón en Zaragoza y ha requerido la participación de cuatro médicos especialistas.
Según los resultados obtenidos, el joven recibió tres balazos en la zona del tórax y el abdomen. Una de los disparos le atravesó el cuerpo, salió por su espalda y llegó a alcanzar a su hermano, que se encontraba detrás de él.
Sin embargo, Christian solo sufrió heridas a nivel superficial y fue atendido con rapidez en el lugar de los hechos y posteriormente trasladado al hospital.
El agente usó el arma en defensa propia
Los disparos los realizó uno de los cuatro agentes que se personaron en el domicilio de la víctima tras ser recibir una demanda de ayuda de la familia del joven.
Según las fuentes próximas a la investigación, el guardia usó su arma reglamentaria después de que Joel le atacará de forma repentina con un cuchillo y un destornillador, que podrían haber llegado a afectar la zona pulmonar del benemérito de no haber sido por el chaleco antibalas que llevaba puesto.
Por otra parte, han vinculado el golpe en la cabeza a una patada que le propició otro de los efectivos que acudió a casa del joven, aunque han destacado que fue «de forma involuntaria».
Tras el tiroteo, Joel cayó al suelo, pero no dejó de intentar agredir con un cuchillo a las guardias que habían acudido a la residencia para ayudar a su familia con el ataque psicótico que estaba teniendo.
Uno de los agentes dirigió su brazo al ante brazo para intentar que soltará el arma blanca, pero los continuos movimientos de la víctima provocaron que el golpe terminará siendo en la frente.
Ahora la investigación está en manos del Juzgado número 2 de Alcañiz y durante la mañana del miércoles, 13 de enero, los cuatro guardias que estuvieron presentes en el lugar declararon en el cuartel de Andorra. Allí afirmaron que el efectivo que disparó lo hizo en defensa propia y uno de ellos reconoció haber sido el autor del golpe en la cabeza. Los sanitarios que presenciaron el suceso y que trataron de reanimar al joven también testificaron.
La Guardia Civil pide pistolas eléctricas
La muerte de Joel a manos de la Guardia Civil ha causado gran conmoción entre la población de Andorra (Teruel). La mayoría de vecinos se preguntan cómo no fue posible reducirle sin un fatal desenlace. Tanto es así que incluso han aparecido varias pintadas acusando al agente que disparó de asesino.
Un acto que no ha sentado nada bien a la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), que han tildado estas pintadas como «acoso» y han querido recordar que el fallecido «trató de apuñar al agente y que este salvó su vida gracias al chaleco antibalas».
Por su parte, la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), también ha mostrado su «preocupación» ante la posibilidad de que se cree un «ambiente hostil» que pueda perjudicar al autor de los disparos «en su vida diaria».
Asimismo, han reclamado que los agentes sean proveídos de pistolas eléctricas que eviten el uso de las armas de fuego en situaciones como la de Joel.
Desde ambas asociaciones han subrayado que en casos como los del fallecido, los agentes no tienen otra forma de respuesta que el uso del arma reglamentaria, algo que podría cambiar si les ofrecen esta alternativa.
«Solo queremos que nos devuelvan el cuerpo de nuestro hijo»
Herminia, la madre de Joel, ha grabado un mensaje de voz que ha difundido a través de las redes sociales. En el comunicado, la mujer ha explicado que tuvo que llamar a los servicios de emergencias porque su hijo estaba sufriendo un brote psicótico y había atacado a su padre.
Sin embargo, no ha podido contar qué fue lo que realmente sucedió porque ella se encontraba encerrada en una habitación.
Pese a esto, ha afirmado que Joel atacó a uno de los agentes con un cuchillo y que el efectivo respondió con un disparo. También ha querido destacar la rapidez con la que actuaron los sanitarios, aunque no consiguieron salvarle la vida.
Herminia todavía no ha decidido si tomará acciones legales por la trágica muerte del joven. Por el momento, solo quiere que le dejen despedirse de su hijo con normalidad y poder enterrarlo.
«Estamos pasando por una trágica circunstancia. Solo queremos que nos devuelvan el cuerpo de nuestro hijo, que podamos despedirnos de él y enterrarlo como hace todo el mundo y que nos dejen llorar, algo que no hemos dejado de hacer desde el pasado lunes».