Este lunes, 11 de enero, un joven de 30 años con problemas mentales ha sido abatido por la Guardia Civil en el municipio de Andorra, en Teruel.
Los hechos tuvieron lugar sobre las 17:00 horas de la tarde, cuando Herminia B. A., la madre del fallecido, llamó al 112 para pedir ayuda.
Su hijo, identificado como Joel G. B., padecía esquizofrenia y cuando la mujer llamó al servicio de emergencias el joven estaba sufriendo un bote psicótico y había amenazado a su padre, José G. G., con un destornillador.
Tras la llamada de alerta, una ambulancia y dos patrullas de la benemérita se desplazaron hasta la residencia de la familia.
Allí permanecieron durante más de dos horas intentado calmar al joven. Sin embargo, sobre las 19:00 horas, y según la versión de la Guardia Civil, el joven se abalanzó sobre los agentes con un cuchillo en una mano y un destornillador en la otra.
Aunque tres de los guardias consiguieron esquivar la agresión, el cuarto recibió varios cortes en la chaqueta e incluso han asegurado que el chaleco antibalas que llevaba puesto le salvó la vida.
El agente que fue atacado se defendió usando su arma reglamentaria. De esta forma, hirió al hermano mayor de Joel, Christian G. B., que fue atendido de urgencia en el domicilio y posteriormente trasladado al centro hospitalario de Alcañiz (Teruel) y abatió a tiros al joven que estaba sufriendo el brote psicótico.
El equipo médico que se encontraba presente trató de reanimar al atacante en la ambulancia durante más de una hora, pero finalmente falleció.
Tras la muerte de Joel, la Policía Judicial se trasladó hasta el lugar de los hechos para levantar su cadáver y para recabar pruebas que completen la investigación.
Familia y vecinos consternados e indignados
Por su parte, la familia de la víctima ha señalado que está totalmente consternada por la actuación de la Guardia Civil y han destacado que el desenlace podría haber sido otro. «Lo han asesinado unos incompetentes de guardias civiles», ha escrito el padre del fallecido en sus redes sociales.
Los vecinos se han despertado este martes, 12 de enero, totalmente consternados por el fallecimiento de Joel y también cuestionan la forma de actuar de los agentes. «Era esquizofrénico, no no era un asesino», han recalcado.
Pese a esto, algunos testigos que presenciaron el suceso han relatado que Joel «se puso muy violento» y que los agentes no pudieron reducirlo. «Ha atacado a un guardia con un cuchillo y le han disparado».
Antonio Amador, el alcalde de Andorra, se ha desplazado hasta el lugar de los hechos y se ha interesado sobre el estado de la familia y del agente herido. «Estamos muy conmocionados, es una historia muy triste», ha dicho.
Sin embargo, ha denegado hacer valoraciones ni entrar en detalles y ha señalado que será la investigación judicial «la que dictamine lo ocurrido. Es todavía pronto».
Un municipio lleno de tragedias
Este es el cuarto acontecimiento trágico que ha tenido lugar en este municipio de Teruel en tan solo 4 años. En diciembre de 2017, tres vecinos fueron asesinados por Norbert Feher, más conocido como Igor el Ruso. El trabajo de la Guardia Civil para detener a este criminal, que casi mata a otras dos personas, también fue cuestionado en aquel momento.
Un nuevo suceso sucedió en Andorra en agosto de 2019. Un hombre mató a su hijo Ismael, de 16 años, cuando el menor trataba de defender a su madre de una agresión machista. Posteriormente, el agresor se suicidó tirándose por el balcón.
Menos de un año después, en junio de 2020, la Guardia Civil detuvo en este municipio a Rambo de Requena mientras huía de los agentes tras haber disparado y herido a uno de ellos en otro pueblo cercano. El hombre, de solo 28 años, tenía antecedentes por robos y ocupaciones ilegales y llevaba varias semanas en busca y captura.