Con la llegada de las vacunas, el mundo empieza a mirar con cierto optimismo hacia el final de una pandemia que ha arrasado con todo. En la Unión Europa, que se tomó cierto tiempo en empezar el proceso de vacunación, la primera dosis fue administrada casi a la vez en los 27 países que la conforman. En España la primera afortunada fue Araceli Hidalgo, una interna de la residencia de mayores Los Olmos de Guadalajara que ya cuenta con du segunda dosis, completando así la inmunización.
Ahora bien, aunque se le dé poca cobertura informativa, hay un notable movimiento antivacunas que ha ido ganando terreno en los últimos meses, alimentado por el escepticismo, el miedo e incluso los movimientos negacionistas. Por ahora, las autoridades han intentado ignorar lo máximo la existencia de estos grupos, que ganan especial relevancia en las redes sociales, y hace unas semanas el ya exministro de Sanidad, Salvador Illa, se limitó a comparar a los negacionistas y antivacunas con los creyentes de la teoría del terraplanismo, restándoles importancia.
Pero el incidente que se ha vivido en Estados Unidos, concretamente en la ciudad de Los Ángeles, en California, nos ayuda a entrever el peligro que puede suponer que este tipo de teorías e ideas se sigan expandiendo con libertad. Este mismo sábado, un grupo de manifestantes antivacunas paralizó, durante aproximadamente una hora, uno de los mayores centros de vacunación de todo el país norteamericano.
Asaltan y paralizan el mayor centro de vacunación en Los Ángeles
Se trataba del estadio de los Dodgers, el equipo de béisbol de la ciudad, donde según explica la cadena americana 'NBC' cientos de personas esperaban en sus coches para recibir una de las dosis disponibles contra la Covid-19. En el lugar, sin embargo, hizo acto de presencia un grupo de manifestantes, que decidieron cortar el paso a los coches, y parar el proceso de vacunación en una ciudad muy golpeada por la pandemia.
Para que los hechos no llegaran a más allá, fueron los mismos bomberos los que acordonaron todo el estadio, a la espera de la llegada de más agentes de policía. En algunos de los vídeos compartidos sobre los hechos, se puede escuchar cómo algunos manifestantes lanzan consignar en contra de las vacunas, e incluso llegan a insultar a los voluntarios allí presentes para recibirlas.
«No lo hago por mí, lo hago por ti; yo preferiría estar en casa» o «ratas de laboratorio», fueron tan solo algunos de los mensajes de los concentrados. Finalmente, el incidente finalizó sin detenidos, y con la promesa de que todas las dosis programadas se iban a administrar con total normalidad. El problema es que no se trata del único suceso de estas características que tienen lugar en Los Ángeles, así como en otros puntos de la geografía de Estados Unidos.
La sangría de muerte sigue descontrolada, pero habrá flexibilización
A todo esto se le suma, tal y como explican 'NIUS', el aumento de las defunciones en la ciudad. En las últimas 24 horas han perdido la vida 316 personas por la Covid-19, la mayor cifra en las últimas semanas, la sangría de vidas está lejos de ser controlada. Además, este sábado se han reportado 6.918 nuevos contagios, que suman más de 1,1 millones en la zona desde el inicio de la pandemia.
Y las cosas podrían empeorar, ya que las autoridades mantienen la idea de ir flexibilizando las restricciones. Entre otras cosas, la cuarentena dejará de ser tan estricta como hasta ahora, y se permitirán las comidas en terrazas en los restaurantes, además de la reapertura de los negocios no esenciales.