Luto en el fútbol gallego por la repentina muerte de Ángel Rogelio Galán Brioso, fallecido a los 41 años durante un partido de fútbol.
Ángel, natural de la localidad ourensana de A Rúa y residente en La Coruña, colapsó tras sentirse indispuesto. Su muerte ha dejado devastados a sus compañeros del Corme.
Ángel Rogelio había vuelto a practicar este deporte recientemente, y jugaba en el equipo de veteranos del Corme Club de Fútbol. Estaba casado, tenía un hijo de seis años y trabajaba como guardia de seguridad en un centro comercial. Era muy sociable y había hecho una gran cantidad de amigos allí por donde pasó.
Por eso su repentina muerte, ocurrida ayer por la mañana, ha causado una gran tristeza en su entorno. Ángel Rogelio era un hombre joven sin patologías conocidas, motivo por el cual su muerte ha supuesto un mazazo inesperado. Varias entidades del deporte gallego ya han expresado sus condolencias por el suceso.
Se desmayó en el coche
Ángel Rogelio Galán disputó ayer por la mañana un partido de veteranos en Corme, sobre las 11 de la mañana. En el descanso manifestó sentirse indispuesto, así que se duchó y decidió esperar a su amigo Jesús en el coche. Fue ese compañero el que lo halló inconsciente en su vehículo mientras le esperaba.
Jesús Sánchez, vecino de Brantuas, era desde hacía muchos años uno de los mejores amigos de Ángel. También jugaba en el Corme, y esta temporada consiguió convencer a Ángel para que volviera a practicar su deporte favorito. Su pasión por el fútbol y las ganas de reencontrarse con amigos le hicieron volver a coger las botas.
Sin embargo, en el partido de ayer Ángel sintió una indisposición que le hizo retirarse en el descanso. Cuando terminó el encuentro y su amigo fue hacia su vehículo, se lo encontró en estado grave. Jesús y otros compañeros del ourensano iniciaron las tareas de reanimación mientras pedían las asistencias médicas.
Durante más de media hora intentaron salvar la vida de Ángel, mientras esperaban a que llegara la ambulancia. Aunque había tres personas expertas en primeros auxilios, no pudieron hacer nada por él. El hombre murió en el mismo coche debido al infarto que sufrió justo después de haber salido del campo.
Segunda tragedia en el Corme CF
Ángel tenía 41 años, estaba casado y era padre de un niño de seis años. Se desempeñaba como guardia de seguridad en un conocido centro comercial de La Coruña. Su gran pasión era el fútbol, práctica con la que además podía estar cerca de sus compañeros ya que era una persona muy amigable.
Los que le conocen le describen como un joven muy abierto y sociable, una gran persona de trato muy agradable. Durante su juventud había jugado fútbol y ahora había retomado su afición como defensa y centrocampista. Defendió la camiseta de varios equipos, y volvió a los terrenos de juego con los colores del Corme.
En su entorno aseguran que era una persona muy activa y que disfrutaba de un excelente estado de salud. Por eso cuesta mucho más entender lo sucedido y aceptarlo. La noticia ha causado una gran consternación en el mundo del fútbol, especialmente en el Corme donde hace poco sucedió otra tragedia.
Lucas Vicente Vidal, un exjugador del Corme CF de sólo 20 años, murió en un accidente de tráfico el pasado 17 de diciembre. Lucas había militado en las categorías inferiores del club, y era conocido también por su faceta de árbitro. Se hizo famoso por una imagen atando las botas a un niño durante un encuentro.
Dolor en el fútbol gallego
El silencio y el dolor invadieron ayer de nuevo las instalaciones del Corme CF, tras la noticia del fallecimiento de Ángel. El primer equipo tenía que disputar un partido en Baio ayer por la tarde, pero de mutuo acuerdo con el equipo rival suspendieron el encuentro. Otros clubes de veteranos expresaron su pesar por la tragedia.
El Fisterra, equipo contra el que jugaba el Corme cuando ocurrió el suceso, se sumó a las muestras de dolor. También el Camariñas y otros equipos de la región mostraron su respeto a los familiares y amigos del fallecido. A las condolencias se sumó la Real Federación Gallega de Fútbol, mediante un comunicado.
En memoria del fallecido se guardó un minuto de silencio en los encuentros disputados ayer por la tarde en La Coruña. Una vez más se pone de manifiesto la necesidad de disponer de desfibriladores en los campos de fútbol. La muerte de Ángel se suma a una sucesión de fallecimiento de futbolistas jóvenes.