Ya son 16 días sin Anna y Olivia, las dos hermanas de 1 y 6 años secuestradas por su padre en Tenerife. La policía pone todo de su parte para dar con su paradero, pero Tomás Gimeno, el padre y secuestrador, tenía un plan muy bien urdido y por ahora ha conseguido burlar el amplio dispositivo de búsqueda por tierra, mar y aire.
Mientras la familia y la sociedad española cuentan los segundos para volver a ver a Anna y Olivia con vida, la idea de que la historia puede acabar mal sigue siendo una opción real para los investigadores. De hecho, esa posibilidad es contemplada también por los amigos de Tomás, a la luz de los mensajes de despedida que recibieron.
Telecinco ha desvelado que dos de los mejores amigos de Tomás Gimeno reconocieron fuera de cámara que se temen lo peor. Según contaron a una periodista de Informativos Telecinco, recibieron mensajes del padre de las niñas justo antes de desaparecer. Uno de ellos, muy afectado, deja claro lo que piensa: «No creo que esto vaya a terminar bien, me espero lo peor».
Los dos recibieron un mensaje de Tomás la noche antes de desaparecer. Un mensaje muy ambiguo y desconcertante, que sonaba a despedida, y que ya está en manos de la Guardia Civil. Tomás también mandó mensajes de despedida a sus padres y a su ex pareja, Beatriz, aunque en este caso parecían más bien una prueba de que no les iba a hacer nada malo a las niñas, y una esperanza de encontrarlas con vida.
Pero el tiempo corre y la fortaleza inquebrantable de la familia se empieza a romper. Desde el principio, Beatriz ha transmitido su seguridad en que las niñas están en buen estado junto a su padre. La semana pasada, sin ir más lejos, hizo pública una carta agradeciendo a la sociedad española todo el apoyo y reafirmando una vez más la esperanza de encontrar pronto a Anna y Olivia, y devolverlas con su madre.
Pero la desesperación se apodera por momentos de la familia, que sigue pidiendo ayuda ciudadana desde las redes sociales. Con esa intención, en las últimas horas han colgado un nuevo vídeo en Instagram en el que se ve a Olivia, con tres años y medio. Las redes se han llenado de fotos y vídeos de la niña, y también han difundido un vídeo de Tomás Gimeno para ayudar a su reconocimiento si alguien lo ve en algún lugar.
Tres opciones, la cruda realidad
La Unidad Central Operativa (UCO) sigue buscando a Tomás por tierra, mar y aire. La familia cree que ha huido a Sudamérica. Los amigos de Tomás se decantan por África. Pero desde el principio, los investigadores saben que las opciones se reducen a tres: encontrarlas a salvo, hallarlas sin vida, o que no aparezcan nunca.
Una de las hipótesis más sólidas que maneja la policía es que alguien ayudara a Tomás a huir. La clave para resolver el caso podría estar precisamente ahí, en encontrarle para llegar hasta el padre y las niñas. Pero la complejidad del caso obliga a mantener abiertas varias líneas de investigación al mismo tiempo: explorar el fondo marino, rastrear la ruta africana, y buscarlos en Sudamérica. Además, en las últimas horas coge peso otra opción: Tomás podría estar escondido en algún lugar de Tenerife esperando a que pase la tormenta mediática. La policía está volviendo a rastrear los lugares más inaccesibles.
Los mensajes, una pista clave
Pero la policía trabaja también con la posibilidad de que las niñas aparezcan sin vida, algo que al parecer coincide con la intuición de los amigos de Tomás. No ha trascendido el contenido exacto de los mensajes, pero según lo que han desvelado fuera de cámara a la reportera, las posibilidades de encontrar a las niñas con vida son mínimas.
Tomás había planeado con exactitud el plan de fuga, y dentro de este plan contaba con despedirse de sus amigos y familiares. A su entorno más cercano hizo llegar mensajes emotivos de despedida, algo que encontraron bastante raro en él. A Beatriz le dijo que no volvería a ver a las niñas nunca más, y que él cuidaría de ellas.
Por el tono de los mensajes, sus amigos creen que o bien ha sucedido una desgracia, o quizás están con vida pero no aparecerá nunca más. Tienen claro que sea lo que sea lo que haya sucedido, Tomás tomó una decisión y ya no hay vuelta atrás.