Luto en 'El Brillante' tras la muerte de Alfredo Rodríguez, el dueño de esta mítica tasca madrileña durante los últimos 54 años. El empresario se quitó la vida de un disparo en su vivienda del barrio madrileño de Chamartín.
Alfredo llevaba varios meses con problemas económicos, según apuntan diversas fuentes familiares. Aunque su negocio parecía recuperarse algo de los duros efectos de la pandemia, la empresa tenía varias deudas cuantiosas que no conseguía reducir.
El caso es que Alfredo les había comentado esta situación tan complicada a sus familiares. Pero, nada hacía pensar que el dueño de 'El Brillante' acabase de esa forma con su vida.
El mensaje de Whatsapp que alertó a un familiar de Alfredo
Este pasado lunes, 30 de agosto, Alfredo le envió un mensaje por WhatsApp a uno de sus sobrinos. En dicho mensaje de texto, el empresario le comentaba que le dejaba las llaves en la portería de su piso.
Este familiar, tras ver este extraño mensaje, corrió a su vivienda pensando que su tío podía haber hecho algo para acabar con su vida. Al llegar al edificio el conserje le dio las llaves de su casa y, cuando subieron a la vivienda, hallaron el cadáver de Alfredo Rodríguez: se había quitado la vida.
Tras ver el cuerpo de Alfredo, acudió a la casa la Policía Nacional de forma inmediata. Junto al cuerpo, en el suelo, estaba un arma y el madrileño no había dejado nada escrito sobre las razones de su suicidio.
Profunda tristeza entre los trabajadores de 'El Brillante'
Este martes, todo eran caras largas entre los camareros que atendían a las decenas de turistas que llenaban la terraza del local. "Es un día de trabajo normal, somos nosotros los que estamos muy de bajón", aseguraba uno de estos trabajadores a El Mundo.
En un principio, ningún trabajador de 'El Brillante' podía hablar de lo sucedido unas horas antes. Aunque, bien es cierto que era muy complicado callarse ante tal suceso.
"Sentimos mucha tristeza, nos ha sentado muy mal...", decía algún camarero. Y también destacaba cómo varios de los trabajadores llevaban cuatro décadas codo con codo junto a Alfredo. "Él decía que nosotros éramos su familia".
"Estaba todos los días trabajando con nosotros, como uno más. Este domingo, mismamente, también estuvo. Con 67 años hacía lo que podía, colaboraba, no venía y se sentaba", confesaba uno de los camareros, roto por la muerte de Alfredo Rodríguez.
Alfredo siempre deseaba que sus trabajadores tuvieran 45 años o más "porque les ha pasado todo en la vida, pero hay que darles un aliciente". Esta motivación extra radicaba en subirles de 50 a 100 euros en la nómina cada año si hacían bien su trabajo.
Sus amigos desconocían sus serios problemas económicos
Sus amigos no conocían sus problemas económicos y desvelan que, durante lo peor de la pandemia, Alfredo repartió comida a las personas más pobres. "Últimamente estaba contratando a más personal para reflotar el negocio tras el Covid", cuenta un famoso hostelero.
Por otro lado, Alfredo Rodríguez montó con unos socios una empresa de lanchas para la Guardia Civil en 1991. El caso es que coincidió con el caso Roldán y perdió "diez millones de pesetas", tal y como contó a Expansión. Además, en 2004 y 2007 fundó dos tiendas de ropa de motos y de golf "que me costaron tres millones en dos años".
"Lo peor en un emprendedor es la cobardía. Siempre que se cae se ha de levantar y cuando sale bien, si alguien te dice que es suerte, aléjate de él. La suerte no existe", recalcaba Alfredo.
"Antes cuando preguntabas qué es 'Brillante' te respondían que es una gran persona o una estrella. Me gasté 40 millones de pesetas al año en publicitarme", decía.
"En dos años todo el mundo al que se le preguntaba por Brillante decía 'el de los calamares'. Comunicar y publicitar son fundamentales para una empresa", sentenciaba.