Dos agentes de la Guardia Civil tras un cordón policial en El Molar

Fausto, mecánico obsesivo, acabó con la vida de su mujer y su hija de 11 en España

Su cuerpo, el de Mari Cruz y el de la pequeña Isabel fueron hallados tras el incendio de su casa

España se sobrecogía este martes con el trágico hallazgo que se produjo en un chalé de la localidad madrileña de El Molar. Pocos minutos después del mediodía, los bomberos de la comunidad acudían a la vivienda para combatir un fuego después del aviso dado por la Policía Local. Una vez allí se encontraban con el cuerpo de una pareja de mediana edad y su hija menor de edad y poco después se confirmaría que presentaban claros signos de violencia. 

Con el paso de las horas se confirmaría que los tres habían recibido impactos de bala que les causaron la muerte, y que el autor habría sido Fausto, de 48 años, el hombre fallecido. Este habría disparado a Mari Cruz, su mujer de su misma edad, en el cuello y en pecho y después a su hija Isabel de 11 años, antes de quitarse la vida de un disparo en la cara. Previamente a suicidarse, habría expandido algún acelerante por varias habitaciones y habría prendido fuego a la casa. Él se quitó la vida en el jardín.

Hasta el pasado lunes por la noche, día donde los investigadores creen que Fausto cometió los dos asesinatos, eran una familia normal que vivía desde hace años en esta casa aislada de la población situada al norte de Madrid capital. Fausto era un chapista de un taller mecánico en la cercana localidad de San Agustín de Guadalix. Mari Cruz, de nacionalidad paraguaya, era empleada del hogar en una casa de la urbanización de la Moraleja. Por su lado, la pequeña Isabel  de 11 años estudiaba en el colegio Infanta Leonor de San Agustín de Guadalix.

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Todavía no hay explicación sobre que pudo llevar a Fausto, que era cazador y por lo tanto tenía licencia de armas, a utilizar su escopeta contra su mujer y su hija. Es cierto que, según explica el diario 'El Mundo', era descrito como un hombre muy obsesivo y que había vuelto especialmente huraño, especialmente durante esta pandemia. Prácticamente no salían de casa, no recibían visitas y no permitía a Mari Cruz juntarse con nadie.

Los vecinos no se explican que pudo pasar pese al cambio de actitud de Fausto

Se ha podido confirmar, a través de fuentes de la investigación, que Fausto no contaba con antecedentes de violencia de género y que no había denuncias previas por parte de Mari Cruz. Si es cierto que parte de su entorno, concretamente sus amigas explica el diario citado, la veían a ella más apagada y triste. Los que lo conocían a él, que era natural de Burgos, también confirman que todo apuntaba a que podría haber algún problema entre la pareja y que él se había vuelto muy poco sociable. 

Pero quienes no acaban de entender que es lo que pudo pasar son los vecinos, que hasta el momento veían en ellos unos vecinos ejemplares y «buenas personas». «No sabemos qué ha podido pasar en esta familia, ella era muy maja y nunca han dado problemas», explicaba uno de ellos que se acercó al cordón policial. Todos confirman que el trato de Mari Cruz con los demás era excelente y que siempre estaba allí para cuando se necesitaba ayuda. 

Algunos de ellos confirman que no se oyó en ningún momento de la noche ningún disparo y que solo se acercaron al lugar al ver las primeras señales de humo. A la espera que se concluya la investigación, todo apunta a que Mari Cruz y su hija son la cuarta y la quinta víctima de violencia de género de este 2021 en la comunidad de Madrid, la quinta y la sexta en España.