No cabe duda de que Rocío Flores está atravesando uno de los momentos más complicados de su vida, y es que la joven tiene que enfrentarse al durísimo testimonio de su madre, además de las últimas acusaciones que acaba de hacer en su contra.
Rocío Carrasco acusaba a su hija de haberla maltratado y haberle pegado una paliza que la dejaba incosciente. Algo, que provocaba que la joven se ganara las críticas de muchos espectadores que han estado pendientes del testimonio desde el primer momento.
Así, Rocío ha tenido que centrarse, como ella bien reconoce, en su propia salud mental, ya que todo el acoso mediático terminará pasándole factura. «Estoy tomando la perspectiva de centrarme en mí y en mi salud mental. Quiero poder tomarme esto de la mejor manera posible. Estoy en proceso, yo creo que todo lleva su proceso… y ahí estoy yo», reconocía públicamente.
La joven, se ha centrado en su trabajo como colaboradora televisiva en 'El programa de Ana Rosa' o en los debates de 'Supervivientes', donde se dedica a defender a capa y espada a la que considera su madre, Olga Moreno.
Por otro lado, la hija de Antonio David ha comprobado como su fama en redes sociales ha ido creciendo como la espuma, gracias a toda la atención recibida, llegando a convertirse en toda una influencer que cuenta con más de 771.000 seguidores en Instagram.
Además, en sus ratos libres aprovecha para descansar y suele acudir con asiduidad a centros de belleza para mimarse e intentar de esa forma sobrellevar el estrés. Así, se ha convertido en una auténtica terapia para ella. Allí va a hacerse las uñas, peinarse, masajes drenantes, o incluso retoques estéticos.
Ro, como la llaman sus amigos, también se ha sometido a sesiones de acupuntura para calmar las consecuencias de tanta tensión. Sobre todo, en estas últimas semanas de insomnio y de ansiedad.
Ella misma reconoce que atraviesa un momento muy duro, y actualmente ha situado entre sus prioridades la relación con su hermano David, que también ha podido verse perdujicada debido al relato de su madre. Además, a eso se suma el acoso y derribo que está sufriendo su padre, Antonio David Flores, que se ha ganado muchos detractores a raíz de que le hayan expuesto como un maltratador y capaz de manipular a sus propios hijos.
«Obviamente no diré que es el mejor momento de mi vida. Incluso diré que es el peor. Bueno quitando las dos pérdidas que he sufrido, que era mi abuela materna y mi abuelo paterna. Pero sí… no te voy a mentir», explicaba la joven.
Sin embargo, parece que Rocío Flores no siente necesidad de disculparse con su madre, sino todo lo contrario. Si hace unas semanas manifestaba su intención de volver a contactar con Carrasco, parece que después de los últimos capítulos ha cambiado de idea.
«Solamente quiero explicar que se juzga y se prejuzga. Hay muchas cosas que no son así, las cosas no son así, y cuando digo que no son así es porque es la realidad. Sé lo que he vivido en su casa. Se ha dicho que a mí se me ha criado en una casa con odio. En mi casa jamás en la vida se me ha inculcado odio hacia mi madre, jamás en la vida. Siempre lo he dicho y no tengo por qué mentir porque es la realidad», argumentaba.
«Me siento mal, destrozada, esto es muy injusto, se superan los límites de los límites. Ya no puedo más. Lo he intentado por activa y por pasiva, se dice que estoy manipulada, soy una persona con criterio», se defendía después de que su madre asegurase que su padre la había manipulado en su contra.
«Cada vez que se me pregunta algo referente frente al documental ha sido en dos hechos concretos por dos hechos concretos y no voy a seguir hablando del documental», se justificaba al respecto de las graves acusaciones que habían hecho en su contra.