La filla de Verdeliss continua ingressada

La sobreexposición de Miren, la hija de Verdeliss, podría tener consecuencias para la pareja

En sus últimas publicaciones, la youtuber ha mostrado fotografías de la pequeña entubada y en la incubadora

Youtube, 'GH VIP' o Instagram, no hay lugar donde Verdeliss no hable de sus hijos. Sin duda, durante su paso por el reality show se ha podido ver que  la principal prioridad de Estefanía Unzu es su familia. Acostumbrada a hacer público todo aquellos que le pasa, la youtuber ha querido compartir con sus seguidores  uno de los episodios más trágicos de su vida. 

La propia Verdeliss anuncia a través de su canal de Youtube que Miren había nacido de forma prematura a la semana 31 de gestación. La noticia ha causado un gran interés en el mundo del corazón, ya que la de Pamplona ha mostrado los avances de su embarazo durante el tiempo que resistió en la casa de Guadalix de la Sierra.

Una sobreexposición que podría tener consecuencias

Verdeliss, en un afán de fotodocumentar los primeros días de vida de la pequeña Miren,  subía fotos de su hija entubada y en la incubadora, algo que ha herido sensibilidades, al considerar que la youtuber está sacando tajada de esta trágica situación. Son muchos lo que consideran que la pamplonesa está sobreexponiendo demasiado a sus hijos. Esto ha echo que salten las alarmas sobre  una posible intervención del defensor del menor.

Miren, la hija de Verdeliss
Miren, la hija de Verdeliss, en la incubadora | Instagram

Según Javier Urra, Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid desde 1996 hasta el 2001, «quién puede que intervenga es el Ministerio Fiscal, en caso de que entienda que se está atentando contra la intimidad, dignidad o el honor». El especialista ha puntualizado que «la Fiscalía que tiene la competencia del ámbito de protección» podría intervenir en la situación en cualquier momento.

    No hay denuncias por parte de ningún familiar

    Si por algo se caracterizan estos casos es porque uno de los familiares es el que suele avisar al Defensor del menor para que intervenga en la situación. Sin embargo,  Verdeliss y su pareja se mantienen más unidos que nunca  y no hay indicios de que tengan pensado poner fin a su relación, por lo que no existe la posibilidad de que uno de ellos haya demandado al otro para acabar con la sobreexposición de sus hijos.

    Sin embargo, esto no los aleja de una sanción ya que, según afirma Urra, la Fiscalía  «puede intervenir de oficio, no necesita ninguna denuncia. Puede intervenir si ve un hecho que es punible», es decir, si considera que las publicaciones sobre el menor dañan su honor, su dignidad o su intimidad. Dicha institución tendría que examinar «por qué, cuándo, en qué puede dañar la actuación de los padres...  y hacer una valoración del caso, y entonces decidir si es constitutivo de delito o no», explica Javier Urra.

    Recogida de firmas para que no sobreexponga a sus hijos

    Mientras la Fiscalía no actúa, las redes sociales ya han comenzado a movilizarse para impedir que Verdeliss siga subiendo fotos de sus hijos en situaciones un tanto comprometidas. Para ello, se ha iniciado una recogida de firmas a través de la plataforma Change.org para evitar que la de Pamplona siga comercializando con sus hijos.

    Dicha petición, donde se insta a luchar «por una investigación en los canales de YouTube donde los padres se lucran de  vender la vida de sus hijos exponiéndolos a todo tipo de peligros físicos y psicológicos», ya cuenta con más de 3.400 firmas. Además, los creadores de esta iniciativa que podría tener consecuencias para Verdeliss y su marido, ha reiterado que en las redes sociales se pueden ver a los niños «desde el embarazo, pasando por el parto hasta su crecimiento en todo tipo de situaciones.

    Como, por ejemplo, niños desnudos en la bañera, cambiándoles pañales, enfermos, donde  a los padres les importa más grabarlo que los propios niños». A esta problemática hay que añadirle el hecho de que el hijo mayor de la pareja, Aimar, haya decidido crear un canal de Youtube propio, con tan solo ochos años, en el que se pueden leer diversos comentarios de índole sexual, vertidos, en su mayoría, por pedófilos.