Hace escasamente una semana los medios se hacían eco de una noticia que llevaba tiempo sonando detrás de bambalinas y que nadie quería creer ni se atrevía a afirmar de manera tajante.
Sara Carbonero e Iker Casillas daban al fin el golpe sobre la mesa acallando todos los rumores que circulaban entre los periodistas durante los dos últimos años. Efectivamente habían tenido una crisis matrimonial y, en los últimos meses, cada uno había cogido el timón de su propia vida sin confluir en un mismo puerto.
La periodista y el portero habían puesto punto final a su relación y, ahora que las aguas estaban en calma y que no podían sostener más tiempo la mentira, lanzaban juntos un mismo comunicado en el que salvando las distancias, confirmaban su ruptura sentimental. No había vuelta atrás.
Desde que Sara e Iker emitieron la noticia, el matrimonio se ha esforzado en hacer ver que este contrapunto no iba a afectar al cariño que ambos se guardan ni tampoco iban a estropear una bonita amistad entre ellos. Sobre todo, por el bien de los dos hijos que tienen en común: Martín (7) y Lucas (4).
Ambos han presumido de que mantendrían la cabeza fría para seguir sumando juntos en la educación de sus dos tesoros. Para ellos, su relación matrimonial no va de la mano con su rol como padres.
Sin embargo, tras filtrarse entre las redacciones de los medios de comunicación una conversación que el guardameta de la Selección Española había mantenido con una persona de confianza, en donde el madrileño hablaba de su relación podrían haber dado un vuelco a la historia por completo y, no para bien.
Si la situación para ambos ya era agria, ahora lo es aún más. Iker no dejaría en muy buen lugar a su todavía mujer en los audios que le envió a quien ahora le ha traicionado.
Unas palabras que no caen en saco roto
Según el futbolista su mujer le tenía asfixiado y aunque asume su parte de responsabilidad en la ruptura, parece que él también tiene una espinita clavada para con su esposa.
Sara no debía estar al corriente de semejantes audios ni de cómo su marido ha hablado de ella a su círculo de amistades. Parece que la manchega está molesta y el buen rollo entre los padres de Martín y Lucas podría haber dado sus últimos coletazos.
Después de ver a Sara mostrando su mejor sonrisa o junto a compañeros de trabajo en sus últimas publicaciones de sus redes sociales, siempre radiante y feliz, ha llamado la atención una historia de la periodista con un mensaje encriptado después de que el lunes, 'Sálvame', hiciera público algo del contenido de los demoledores audios.
Buenos días, deseó la reportera este martes a todos sus seguidores, acompañados de una cita en la que decía: «You may shoot me with your words[...], but still, like air, I’ll rise» , de Maya Angelou, que traducido sería: «Puedes dispararme con tus palabras (...), pero aun así, como el aire, me levantaré».
Un desgarrador mensaje que de tener como destinatario al padre de sus hijos no sería nada esperanzador si se tratara de augurar el inicio de una preciosa amistad entre dos padres que han bifurcado sus caminos en la senda de la vida.
Al tratarse de un mensaje en el que la comunicadora confiesa que se siente herida y lastimada por unas palabras inapropiadas, justo después de la verborrea del portero, todo cae de cajón.
No obstante, la periodista con la fuerza que la caracteriza y que ha demostrado después de haberse enfrentado a su enfermedad crónica con muchas ganas de seguir viviendo, y después de todos aquellos varapalos que la vida le ha asestado en poco tiempo, Sara tiene bien claro que sabrá sobreponerse a otro infortunio más.
Por su parte, Iker Casillas seguirá construyendo un futuro para sus hijos al lado de la madre de sus hijos, pero solo en lo que esta tarea les concierne.