La guerra entre Rocío Carrasco y su hija, Rocío Flores, está más encendida que nunca. Y es que lo que comenzó siendo una denuncia pública de Rociíto en contra de su ex, Antonio David, al que acusa de haberla maltratado y haber puesto a sus hijos en su contra, se ha convertido en un debate público acerca de la relación entre madre e hija.
Así, después de que Rociíto haya relatado el calvario que vivió al lado de su hija, a la que le llegó a temer tanto o más que a su padre, parece que la joven está lista para tomar medidas y responderle a su madre. Eso si, según cuentan fuentes cercanas a Rocío, ella ya da por perdida a su madre y no está dispuesta a arreglar la situación.
Sobre todo, después de que en los últimos dos capítulos, Carrasco haya arremetido con dureza contra ella y narrado como fue ese verano de 2012 antes de que Rocío se fuera a vivir definitivamente con su padre.
«Empezó a decirme: 'Venga, pégame. Pégame Rociíto' y a encararme de forma violenta, empujándome. Hay un episodio con un cuchillo que yo dije que había sido sin intención, porque no quería ser la culpable de que le cayesen más cosas», contaba acerca de esos momentos en los que su hija la retaba y amenazaba.
Un enfrentamiento que llegaba a su punto más álgido después de que en compañia de su padre, Rocío Flores acudiese a un psicológo para contarle que su madre la maltrataba. Algo, de lo que Rociíto se enteró de boca de su abogado, y que la hizo empezar a temerse lo peor.
Los peores presagios de Carrasco se cumplían el 27 de julio de 2012, cuando a raíz de una nectarina, empezó una brutal discusión entre madre e hija, que terminaba con Rocío Flores pegándole una brutal paliza a su madre hasta dejarla incosciente.
«Yo no me creía lo que estaba pasando, y empieza a pegarme, pero mientras me pega ella va gritando: 'No me pegues, no me pegues, no me pegues'. Y yo la miraba y era ella la que me pegaba a mí, y a mi se me pasó por la cabeza toda una película. Yo sabía que eso obedecía a algo que no era normal», relataba en su documental.
Durante su intervención en el 'Sábado Deluxe', Kiko Jiménez, ex de Gloria Camila, ofrecía más detalles al respecto de esa conducta violenta de la hija de Antonio David, la cual él mismo pudo llegar a presenciar. Palabras muy despectivas hacia su madre, que el novio de Sofía Suescun no dudaba en compartir con los colaboradores, dejándoles totalmente alucinados.
Y es que según Kiko, Rocío no tendría intención alguna de hacer las paces con su madre. De hecho, él se enfrento con la sobrina de Gloria Camila en varias ocasiones, sobre todo durante la participación de Antonio David en 'GH Vip'. «Yo no es que la provocase. Lo que no soportaba era que vendiera un papel de víctima», ha explicado el exviceverso.
De hecho, apuntaba que a Rocío tuvieron que darle 'tilas' para que se calmase, porque se alteraba mucho en los debates. «Ella estaba muy nerviosa (…) Cuando dices una opinión contraria, ella no lo acepta. La gente en los debates habla con miedo».
El que fuese pareja de Gloria Camila durante cuatro años, asegura que el día que su madre conoció a Rocío, ella «tenía un rebote y montó un pollo. Mi madre se quedó blanca». Además, alega que la familia procura omitir el tema de la paliza.
«Conocen la versión real y por eso es muy doloroso», asegura al respecto. «Era un tema tabú de puertas para afuera». De hecho, Kiko confirma que ha escuchado a Rocío Flores llamar 'hija de puta' en más de una ocasión a su madre. Además, de dejar muy clara su postura acerca de una posible reconciliación. «Me coméis el coño. Yo no voy a hacer ninguna mediación con mi madre».
De momento, se especula que la joven podría estar preparando una entrevista con Ana Rosa Quintana en la que dará respuesta a todas las acusaciones de su madre. Aunque, ciertos expertos señalan que Rocío podría ser víctima de alguna clase de alienación mental, lo que provocaría que 'omitiese ciertos recuerdos para protegerse' a si misma del trauma que pudiesen haberle generado.
De esa forma, Rocío no recordaría esos hechos tan traumáticos que relata su madre, por lo que los consideraría ajenos a ella e incluso falsos. De esa forma, no dudaría en tacharla de 'mentirosa', asegurando haber vivido otra realidad muy diferente, en la que su progenitora sería la principal responsable o incluso maltratadora.