La semana pasada nos quedábamos fríos al escuchar de boca de la propia Rocío Carrasco lo que pasó aquel fatídico día de julio de 2012 en el que Rocío Flores le pegó una paliza con la que la dejó inconsciente el suelo.
Las horas siguientes al incidente, fueron un verdadero infierno para Rociíto, ya que se dio cuenta de que su propia hija había sido capaz de denunciarla. «Rocío saca un móvil y dice 'Papá, ya está hecho. Y, a continuación, Antonio David le dice al chófer que lleve a la niña al cuartel de la Guardia Civil».
Al enterarse, Rociíto reacciona diciendo: «Que se la lleve el padre, la niña no puede volver a mi casa». Debido a las magulladuras y los golpes, sumado a un ataque de ansiedad, «las pulsaciones no me bajaban», Carrasco se ve obligada a acudir a regañadientes al hospital.
Sin embargo, al relatar los hechos, Antonio David asegura claramente que su hija no tiene nada de que avergonzarse. «No se siente culpable», llegaba a alegar. Ante eso, Rociíto asegura: «Que no tenga nada de lo que responsabilizarse es culpa de él, de lo que la ha manipulado y mutilado. Es una muestra más del daño que es capaz de inflingir en los demás. Yo creo que no se arrepiente».
«Cuando ya hablo con el colegio y digo que no quiero que la niña vuelva a casa, Paco, el chófer, me recoge y me lleva al hospital. Él me obliga a poner el parte, y yo me negaba. Yo quería salir corriendo del hospital, porque me daba miedo que eso trascendiera, que hubiera prensa. Pero me dicen que no me puedo ir, que tengo un traumatismo craneoencefálico».
«Yo me quería ir a mi casa, no quería que nadie me viera. Entonces me llaman del cuartel de la Guardia Civil y lo coge Fidel, y le dicen: 'Cogéte a Rocío y veniros para el cuartel'. En ese momento, ambos sabíamos que había pasado algo, esa llamada sustituye a que la Guardia Civil vaya a tu casa, te esposen y te lleven al cuartel», ha explicado.
«Llamo a mi abogado, le cuento lo que había pasado. Al llegar al cuartel, al fondo de la calle vimos un coche que estaba con una persona dentro. Le dijimos al guardia de la puerta que si ese coche lo habían identificado. El coche resultó ser si no de Antonio David, de una persona que trabajaba para él, de la agencia de Gustavo González», añade metiendo dentro de la ecuación al paparazzi y colaborador de 'Sálvame', al que acusa de haberla fotografiado ese día.
«Esperaban verme salir en un furgón esposada. Se dice que la he amenazado de muerte, que la he retenido en la casa, que la he arrastrado por el suelo... Todo lo inimaginable», explica acerca de lo que su hija llegó a declarar. «Les dicen que deben presentar un parte de lesiones de la niña» .
Al llegar al cuartel, Rocío descubre que su hija la ha denunciado, algo que la destroza todavía más si cabe. «Cuando entro en el cuartel, se me mete en una salita y se me informa de que mi hija me ha denunciado por un delito de maltrato habitual, acompañada por su padre, que es el que firma como persona responsable de la niña. Me leen mis derechos y declaro».
En ese momento, Rocío se ha roto al recordar esos terribles momentos en los que se da cuenta de que su hija ha sido capaz de acusarla de algo tan horrible sabiendo que es inocente.
«Me da vergüenza, me da pena. Me da pena por mi marido por tener que vivir algo así, me da pena de ella, de que fuera capaz de acceder a algo tan bárbaro. Y cuando me piden declarar, me niego, porque estaría denunciando a mi hija. Y yo eso no lo he hecho nunca, pese a lo que se ha dicho. No lo hice. Jamás la denunciaría», ha relatado con lágrimas en los ojos.
«Me duele saber que una hija mía, que ha estado aquí dentro y que la he parido yo, es capaz de meterme a la cárcel por algo que no he hecho. Es algo que me mata a día de hoy. Se tendrá que perdonar ella, porque a día de hoy yo creo que todavía no se ha dado cuenta», ha dicho al respecto.
«Sentía pánico, era alguien a quien había parido, pero no tenía un ápice mío dentro de su cuerpo. La he parido yo, pero no tiene nada mío. Yo habría sido incapaz de haberle hecho eso a mi madre. Yo tenía miedo a morir, no sabía lo que me deparaba el día siguiente. Yo estaba enterrada en vida. Es terror con todas las letras. Y debes salir y poner buena cara fingiendo que todo va bien».