Después de tres meses, 'Supervivientes' está llegando a su final y los concursantes comienzan a notar la tensión y las fuerzas comienzan a escasear. Rocío Flores se despertaba con los ánimos por los suelos y se venía abajo como nunca lo había hecho llegando a preocupar a Barranco que no ha tardado en tratar de animar a su amiga.
«Me he levantado súper pronto solo pensando en ir a pescar para hacer algo diferente» comenzaba diciendo la hija de Antonio David Flores y Rocío Carrasco. «Ya no es lo mismo que al principio, está todo demasiado cuesta arriba. Yo sabía que esto iba a ser muy duro, pero es lo siguiente. Hoy hacemos tres meses en la isla y eso no nos lo quita nadie. Esto es más que duro, es durísimo» opinaba Barranco.
En ese momento Rocío no pudo contener las lágrimas y se vino abajo: «Yo me quiero ir de aquí ya, hombre, pero ya, ya, ya… estoy amargada, estoy harta ya, te lo juro» confesaba sin disimular su emoción.
Parece ser que los pocos días que les quedan para estar en Honduras se les están haciendo cuesta arriba y ni siquiera el pensar que dentro de poco regresaran a España les supone un consuelo para aguantar un poco más.
El cansancio, la monotonía, la convivencia y el hambre pasan factura al ánimo de los concursantes que no pueden esperar el momento de regresar a sus vidas. Rocío se ha mostrado fuerte y optimista durante el concurso pero los nervios por la final empiezan a hacerle mella en su ánimo.
Además, en 'el puente de las emociones', volvió a tocar el tema de su madre con sus reflexiones más duras y dolorosas, algo que le afectó de forma negativa quedando muy afectada tras la prueba y que supuso una piedra más en su camino hacia la final.