El mayor temor de Rocío Flores y su madre estuvo a punto de hacerse realidad, y es que ninguna de ellas está lista para cruzar miradas.
La rápida actuación del representante de la joven consiguió evitar en el último momento que ambas coincidieran de manera repentina a las puertas de Mediaset.
Rocío Carrasco dejó muy claro que tenía miedo de cruzarse por los pasillos de Mediaset con su hija, ya que eso implicaría dar marcha atrás en su proceso de recuperación.
De hecho, incluso se muestra incapaz de ver cualquier imagen suya y agacha la mirada siempre que la joven aparece en pantalla.
"Lo vivo con mucho dolor. Eso no lo he propiciado yo, no tengo la responsabilidad", lamentaba. "¿Cómo no me va a doler?, ¿no entiendes que no cabe el que a mí no me duela?", le reprochaba a Kiko Matamoros.
"Yo no quiero retroceder en mi proceso y creo que debo seguir para delante. Que las cosas aporten y que no resten", aseguraba.
Por su parte, la colaboradora de El programa de Ana Rosa se mostraba muy tajante acerca del fichaje de su madre por Sálvame.
"El encuentro no se va a producir", señalaba. "Yo no voy a volver a pasar por esto, bastante mal lo sigo pasando", ha reconocido bastante emocionada.
"No me quiero ver en la tesitura de contestar cada vez. He respetado lo que ha dicho cada persona y, por favor, que se me respete a mí, que me he mantenido al margen", ha suplicado. "Ahora me quiero centrar en mí, en mi paz y no voy a poner en juego mi salud por estas cosas".
Y la joven rompía a llorar cuando Alessandro Lequio ha dado su opinión al respecto. "Pienso que si os cruzáis lo que va a surgir es el abrazo, sinceramente es lo mejor para todos".
"Nunca lo he ocultado, nunca me he opuesto ni nada", respondía acerca de un posible acercamiento.
Sin embargo, las circunstancias a veces pueden jugar en contra de los propios deseos y el incidente se propició justo el mismo día en el que Rociíto se estrenaba en Sálvame.
El inminente reecuentro entre Rocío Carrasco y su hija
De esa forma, madre e hija estuvieron a punto de toparse a la salida del edificio. Apenas transcurrieron escasos minutos entre que Carrasco abandonaba el plató de su nuevo lugar de trabajo, y la llegada de Rocío Flores a las instalaciones para la gala de Supervivientes.
Por suerte, Agustín Etienne, representante de la hija de Antonio David, tomó una decisión de última hora que impidió que el desagradable encontronazo se produjese.
Etienne estaba advertido de que la mujer de Fidel Albiac seguía dentro de las instalaciones de Mediaset, y mandó al conductor del coche que traía a Flores, a una puerta alternativa. De esa forma salvó la situación en el último momento.
El acceso y salida de los trabajadores de la cadena se suele producir por la misma entrada. Y allí se habían aglomerado numerosos medios de comunicación para seguir los pasos de madre e hija.
Por suerte, Rocío accedió a su puesto de trabajo por otra puerta tras entrar al edificio. Una que no utiliza habitualmente cuando acude a los programas en los que colabora.
También la organización de la cadena estaba en preaviso para impedir ese encuentro fortuito entre madre e hija, que no puede producirse bajo ningún concepto. Así lo habría estipulado Rociíto entre sus condiciones para trabajar en Sálvame.
Esta misma semana, la heredera de 'la más grande' anunciaba que iba a convertirse en la nueva defensora de la audiencia del programa. Una sección que recibirá el nombre de Hablé con ella y donde recibirá llamadas por parte del público y famosos que se sientan aludidos.