Rocío Flores ha dado un golpe en la mesa después de tiempo aguantando en medio del drama familiar.
Así, la joven ya se ha desmarcado tanto de su madre como de su padre. Y es que no quiere seguir viéndose involucrada en su guerra.
Sobre todo, por el daño que le ha causado. Así, dejaba clara su postura tanto de un lado como de otro.
Respecto a Antonio David, la joven insistía en que no le interesa lo más mínimo su historia con Marta Riesco.
"No voy a hablar de Marta. Estoy cerrada en banda a hablar de la vida sentimental de mi padre, cualquier cosa que tenga que ver con su relación y vida sentimental", dejaba muy claro.
"Solo me importa mi familia y lo demás me da igual. Mi familia son las personas con las que llevo viviendo 20 años. Marta es compañera del programa, la respeto, pero no voy a hablar de ella".
Ya desde un primer momento, se veía obligada a dar explicaciones, cosa que no le hacía ninguna gracia.
Además, Rocío vivió ese episodio como una traición de parte de su padre y de la que fuese su amiga.
Mientras que, por otro lado, también se ha cerrado a cualquier posibilidad de reconciliación con su madre.
Rocío Flores se desmarca de los conflictos familiares
"Nunca hablaré de mi intimidad", sentenciaba en un claro guiño a su progenitora. "No me voy a pronunciar sobre esto de verdad. No hablo de mi familia, si no lo hice con mi madre, que me echó a la palestra contando lo que contó, no lo voy a hacer ahora".
Las últimas palabras de Rocío Carrasco, provocaban que la joven diese por perdida esa relación.
"A mí me encantaría reescribir mi historia y que mis hijos estuvieran conmigo, porque no hubiera cometido algunos errores que cometí y que asumí cuando hice el documental", explicaba en Telecinco.
"Cometí el error de darle la custodia compartida a un psicópata por no hacer daño a dos niños pequeños", apuntaba Carrasco sobre la posibilidad de recuperar a sus hijos.
"Si me preguntas que qué siento al ver a mi hija... Creo que lo que he contado sobre ese episodio ha sido lo imprescindible para que la historia que yo había vivido se entendiera".
"La he contado con todo el dolor de mi corazón, pero era la única manera que esos veinte años que yo he estado mermada, hundida y enterrada en viva, se pudieran entender", argumentaba.
"Para mí no es un plato de buen gusto ver a mi hija, porque de ese episodio se sigue hablando y lo único que genera es dolor. Dolor en ella y dolor en mí. Yo he salido hace seis meses de estar bajo tierra".
Y es que a pesar de que Rociíto pedía dejar a su hija a un lado, su hija alegaba que esas disculpas llegaban demasiado tarde.
Además de que la mujer de Fidel Albiac insistía en que necesitaba tiempo para un acercamiento, ya que no se sentiría preparada para tener una conversación con ella, "ni a nivel emocional ni médico".
Así, parece haberse refugiado en la que siempre ha sido su gran apoyo, Olga Moreno.
Hace poco, ambas se escapaban a un viaje a Marruecos en el que han aprovechado para desconectar y alejarse del foco mediático por unos días.
Y en medio de esa vorágine, ahora la joven debe hacer frente a otro duro golpe: la ruptura con su novio, Manuel Bedmar.
Al parecer, la hija de Antonio David habría soportado numerosas deslealtades de parte de su chico, y no es todo tan idílico en su relación como pretendían mostrar.