Durante muchos años, Antonio David Flores ha sabido controlar muy bien los tiempos, los titulares, los programas de televisión y las portadas de las revistas. El colaborador disfrutó durante mucho tiempo de una verdad absoluta y que prodigaba por los platós, apoyado por un gran número de adeptos y que le aplaudían sus buenas intenciones como padre y como hombre luchador que había tenido que tirar hacía adelante con sus hijos en un panorama muy complicado, mientras algunos, muy pocos, seguían poniéndolo en entera de juicio como marido.
El relato de Rocío Carrasco está siendo mucho más fuerte de lo que creíamos. Las pruebas y su precisión la avalan y cada una de las cosas que nos cuenta hace que sigamos haciendo mucho más fuerte su relato. Hoy hemos tenido que ver como entre lágrimas nos narraba el episodio en el que Antonio David le entregó a su hijo con un brazo roto y que se habría fracturado hacía más de cuarenta y ocho horas. Una ruptura que se solucionó con la propia Rocío llevando al niño de urgencias y despertando la preocupación de la doctora que lo atendió, al ver que la caída había sido grande y no entendía como había pasado tanto tiempo hasta que lo llevaron al hospital.
Antonio David fue consciente de esa caída, pero prefirió esperar a que la madre del niño actuara. Este es solo uno de los episodios que dejan muy claro el tipo de custodia compartida que tenían el ya roto matrimonio. Pero sin embargo, lo peor ha llegado cuando Rocío ha contado lo que ocurría cuando el colaborador le entregaba a sus hijos en la puerta de su casa y aprovechaba ese cara a cara para increparla, insultarla y asustarla.
Rocío recuerda perfectamente ese año en el que duró la custodia compartida. Antonio David llegaba con los niños, estos se despedían de su padre y subían para casa. Continuamente, Flores aprovechaba ese momento para gritar a su exmujer y amenazarla con lo que más quería. Literalmente, Rocío ha contado que su ex la amenazaba con quitarle a sus hijos, también le propinaba insultos y le aseguraba que sus hijos la acabarían odiando.
La hija de Rocío Jurado sabía perfectamente que esos encuentros con su exmarido eran demoledores y que estos siempre servirían para que él acabase haciendo lo mismo, desacreditarla, hundirla y dejarla totalmente devastada. Finalmente, Rocío quiso remedias estos encuentros y buscar otra manera para que se llevasen a cabo y que no le acabase costando la salud. Cuando vio que la situación era insostenible, pidió a su tío que fuera el que se encargara de recoger a los niños y evitar así que siguiesen estos ataques tan despiadados.
Antonio David lo consiguió
A pesar de la lucha constante de Rocío por no dejar que sus hijos dejasen de quererla, Antonio David se acabó saliendo con la suya y a día de hoy esto sigue siendo así. Los dos hijos siguen viviendo con Antonio David y no quieren saber nada de su madre. De hecho, esta los invitó a su boda y ninguno de los dos acudió al evento. Rocío aseguró que los había invitado, pero esos niños nunca llegaron al convite.
Una abogada ha querido opinar esta noche sobre la reconciliación entre madre e hija y ha dicho que este escenario es bastante improbable. Pues para que esto ocurra haría falta que se sumaran varios conceptos como la eliminación de satélites que intoxiquen la relación y por supuesto, la presión pública tampoco ayuda a que las dos partes puedan actuar de manera natural y sin temor al que dirán.
Tan solo estamos a la mitad de la docu serie y aún faltan los episodios más complicados del relato de Rocío Carrasco. Luego hará falta ver como se traduce todo esto en aspectos judiciales.