El undécimo capítulo de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' se ha centrado en ofrecer los detalles sobre el largo proceso judicial que mantiene la protagonista con Antonio David Flores.
Bajo el título 'Dejándonos la piel', la hija de Rocío Jurado ha relatado, valga la redundancia, cómo se ha dejado la piel en los tribunales para intentar «hacer justicia». Un proceso lento y complejo que ha explicado poniendo sobre la mesa un sinfín de informes periciales, autos y sentencias.
Pese al sobreseimiento provisional de su denuncia interpuesta contra Antonio David Flores, esa que presentó por un delito de lesiones psicológicas y acabó siendo derivada al juzgado de violencia de género, Rocío Carrasco sigue creyendo firmemente en la justicia y así lo ha manifestado en reiteradas ocasiones a lo largo del documental.
Considera que «es lenta, tiene sus fallos y sus agujeros negros», pero siempre ha mostrado su confianza en conseguir su objetivo, que no es otro que poder llevar su caso a juicio.
Y es que si hay una cuestión que ha quedado muy clara en la noche de ayer es que el caso no está cerrado ni mucho menos Antonio David ha sido absuelto, una mentira que el ex guardia civil se ha encargado de divulgar en todos los medios de comunicación.
«No señores no. Para que uno sea absuelto, tiene que haber sido juzgado. A este señor no se le ha juzgado. Por lo tanto no puede estar absuelto de nada. Ese procedimiento está sobreseído provisionalmente. Nadie ha absuelto a nadie», sentenciaba la madre de Rocío Flores.
La odisea de Rocío Carrasco en los tribunales que continúa a día de hoy
Las pruebas documentales aportadas ponen de manifiesto que el auto emitido por el Juzgado de la Mujer de Alcobendas, en el que la jueza de instrucción sí observa «indicios de criminalidad» y pide ir a juicio, fue recurrido por el ex guardia civil y sobreseído por la Audiencia Provincial, una decisión que Rocío Carrasco llevó ante el Tribunal Supremo.
«Nosotros recurrimos al Supremo de forma, que no de fondo, y el Supremo nos dice que como lo que se relata en la denuncia son hechos que no tienen visos de terminar, que siempre tenemos la reapertura», revelaba Rocío Carrasco.
La máxima autoridad judicial fue capaz de prever que los hechos relatados continuarían en un futuro y, así fue, pero ni la larga hemeroteca de Antonio David difamando a su exmujer ni el intento de suicidio de la demandante han sido suficientes para considerar la reapertura del caso.
«No sé qué más tiene que pasar. Cuando existe un daño inflingido a otra persona psicológico es muy difícil de demostrar porque esas cosas suelen ocurrir a puerta cerrada, en momentos en los que no se te ve o no se te oye. Es complicado y entiendo que los jueces lo tengan complicado en determinadas cuestiones, pero en mi caso no se han hecho de una forma que no me ha visto nadie. A mí se me ha hecho públicamente durante 20 años», señalaba Rocío Carrasco dejando entrever, por primera vez en el documental, su frustración por el funcionamiento de la justicia.
Rocío Carrasco, exhausta ante una batalla judicial que parece no tener fin
Sin embargo, este no fue el único momento en el que pudimos ver el agotamiento y la desesperación en el rostro de Rocío Carrasco.
Más allá del testimonio recogido en el episodio en sí, la protagonista volvía a reaparecer en el plató de Telecinco a través de una videollamada desde el salón de su casa para aclarar los detalles del procedimiento judicial que ahora está centrando su vida.
La hija de Rocío Jurado ha sido denunciada por su exmarido por presunto delito de impago de la pensión de su hijo menor David Flores, que ha sido citado ante el juez para ratificar o no la demanda, ya que al ser mayor de edad tiene que ser él el encargado de emprender acciones legales contra su madre.
«Cómo lo voy a vivir, la vivo con desesperanza porque vuelve a suceder, porque vuelve a suceder lo que ya he explicado en todas estas ediciones del programa. Porque vuelve a ponerlo en la tesitura de tener que querellarse en contra de su madre y pedir cárcel para su madre. Lo vivo con desesperanza pero yo, al final, yo no pierdo la esperanza de volver a ver a mi enano», le contestaba a Carlota Corredera visiblemente tocada.
Ante este nuevo frente judicial, uno más de los tantos que ha tenido que enfrentar a lo largo de su vida, Rocío Carrasco no ha podido ocultar el dolor y la desesperanza que siente por una historia que parece no tener final. O por lo menos no uno feliz.
«Es la esperanza de una Rocío Carrasco más abatida que nunca, muy débil. Rocío Carrasco sigue pagando un precio demasiado alto», señala la columnista Esther Mucientes en 'El Mundo'.