La visita de los reyes Felipe y Letizia a Las Palmas de Gran Canaria, su primera parada en la gira que les llevará por España durante las próximas semanas, sigue dando de qué hablar.
Fue durante la caminata por la playa de Las Canteras. Allí, charlaron con los ciudadanos, en un peculiar baño de masas totalmente adaptado a las nuevas circunstancias, lo que significa saludos con el codo, conversaciones a distancia y ningún apretón de manos ni contacto. No obstante, eso no impidió que don Felipe y doña Letizia protagonizasen varias anécdotas.
Los Reyes hicieron una breve parada en un bar de tapas, llamado Don Jamón, un local en el que los camareros le contaron al monarca que era el primer día que abrían tras el confinamiento. «Suerte, paciencia y poco a poco», les dijo el Rey para animarlos en este nuevo inicio.
Los dueños del restaurante ofrecieron un plato de jamón que Felipe de Borbón aceptó gustosamente. Sin embargo, la reina Letizia declinó probar el producto a pesar de mostrar públicamente su agradecimiento.
Pero el detalle que más ha llamado la atención ha sido un vídeo que grabaron los móviles de los empleados del local en el que vemos a Letizia Ortiz insistiéndole a su marido para que, como ella, apoye sus brazos en la barra. Con este acto, la reina pretendía dar una imagen de naturalidad y cercanía.
Esta anécdota no ha tardado en hacerse viral en las redes sociales, provocando una gran cantidad de críticas sobre por qué doña Letizia actúa de esa manera cuando cree que nadie la está grabando.
Más tarde, la Reina habló con un bañista sobre su tierra. «Aquí se está mejor que en Ribadesella, ¿verdad?», le comentó, a lo que doña Letizia, mirando a Felipe cómplice, respondió: «Es diferente, es diferente».
La mujer de Felipe VI tiene un fuerte vínculo con la localidad asturiana, ya que muy cerca de allí vive su abuela paterna, Menchu Álvarez del Valle, y ella ha pasado muchos veranos en las playas del norte de España, por lo que optó por una respuesta neutra para no manifestar su opinión personal.