El conflicto familiar entre madre e hija retoma muchos años atrás. La ruptura materno-filial tiene lugar desde que ambas protagonizaron un escándalo que se saldó con Rocío en las dependencias de la Guardia Civil. Desde entonces madre e hija han tomado caminos separados.
Rocío arde en esperanzas de que algún día pueda haber un acercamiento entre ellas y, realmente así lo cree. No obstante, la situación no es nada fácil. Tan siquiera es conocedora de si la progenitora reservó parte de su tiempo para ver el concurso de su hija en el concurso de 'Supervivientes'.
Rocío asegura que ha tratado de llamar a su madre varias veces sin haber obtenido nunca respuesta. Su padre, Antonio David Flores, ya había hecho pública esta situación en los platós mientras su hija estaba en la isla.
Sin pelos en la lengua
«Ya lo he hecho muchas veces, pero no ha habido respuesta (...). En estos últimos años la he llamado unas seis veces y solo me lo cogió una vez. Fue para preguntar por mi hermano y la respuesta que obtuve no fue muy agradable», puntualizó Rocío sobre las llamadas telefónicas a su madre.
Pese a ello, Rocío tiene claro que no va a decir nada ni delante ni detrás de las cámaras que pueda afectar negativamente a su madre. A pesar del dolor que le causa no contar con el cariño de Carrasco, su hija no quiere hacerle daño.
«No voy a hacer una entrevista hablando mal de mi madre ni voy a hacerlo en un plató de televisión. Si eso es lo que la gente se espera, no va a suceder (...). La guerra que han tenido mi padre y mi madre es de ellos. Los que hemos salido perjudicados somos mi hermano y yo. Pero yo me fui con mi padre, que era el que menos dinero tenía y el más estricto», asegura Rocío hija.
Tampoco hablará de la sentencia judicial tan sonada en los medios de comunicación. El motivo de esta fue una discusión con su madre en plena calle por la que Rocío Flores fue condenada a realizar trabajos sociales. En ella, se catalogaba a la joven de una persona violenta.
La 'superviviente' apoya el tupido velo con el que su madre ha ocultado esta información a la prensa y ella piensa seguir sus pasos. «Mi madre nunca ha hablado de eso y yo tampoco lo voy a hacer», dice rotundamente.
Por otro lado, apela a la capacidad de su abuela, Rocío Jurado, de solventar los problemas familiares. La cantante, que falleció en el 2006, podría haber dado un giro a la situación si aún estuviera presente o al menos así lo siente su nieta, Rocío Flores.
«He pensado muchas veces en mi abuela; si estuviera aquí, estoy segura de que nada de esto habría pasado», reflexiona la hija de David Flores y Rocío Carrasco.
Rocío Carrasco no lo pone fácil
En cambio, Carrasco por su parte no ha aceptado en sus intervenciones públicas o en sus exclusivas que le pregunten por sus hijos. Desde que la relación entre ellos se quebró, la madre no les ha nombrado públicamente y siempre se ha referido a su felicidad al lado de su pareja, Fidel Albiac.
«Fidel y yo llevamos veinte años de glorioso encierro», aseguraba Carrasco. Además, añadía que los días de confinamiento «nos han cambiado a todos porque ha cambiado la vida en sí y ahora nos toca adaptarnos a lo nuevo (...). A mí el estar en casa me encanta... es mi remanso de paz... Pero la situación no es igual. Fuera se vive y se ha vivido una tragedia para la que ninguno estábamos preparados», contaba.
No cabe duda de que ahora le toca acercar posturas a Rocío Carrasco que es la más distante. Por su parte, Rocío Flores tiene mucha ilusión de poder abrazar a su madre de nuevo y cuanto antes.