Reina Letizia Ortiz

La reina Letizia, rodeada de enemigos en la Zarzuela: 'La ningunean y ella lo sabe'

La reina ha tenido que ganarse su sitio dentro de la familia real

No es ningún misterio que la  reina Letizia ha tenido que luchar con uñas y dientes para hacerse un hueco dentro la familia real. Y es que desde un principio los rumores acerca de su mal carácter y los enemigos que ha ido ganándose en Zarzuela han dado mucho que hablar.

Su suegra, la reina Sofía, no la traga

La relación de Letizia con su suegra ha estado llena de altibajos, llegando a su punto álgido durante la misa de Pascua de 2018. Allí ambas protagonizaban su mayor desencuentro público hasta la fecha, cuando se enzarzaban en una discusión por sus hijas, Leonor y Sofía. 

Doña Sofía  siempre le ha reprochado a su nuera que no la deje ver lo suficiente a las niñas. "Se ha lamentado en pequeños círculos de lo poco que coincide con sus nietas", aseguran desde el entorno más cercano a la emérita.

Al parecer, "Felipe ha sido quien ha intentado siempre unirlas". De hecho, ha insistido en que sus hijas no pierdan el contacto con sus abuelos paternos. 

"Se ocupaba personalmente de llevar a sus hijas a visitar los viernes a Juan Carlos, que tampoco tiene mucho trato con Leonor y Sofía".

Según señalan, "Letizia marca las reglas en su casa y sus hijas ven a sus abuelos paternos poco, aunque viven a escasos metros en el recinto de La Zarzuela".

Despreciada por los trabajadores de la Zarzuela

Si bien la relación con sus suegros no es la mejor, tampoco parece haberse ganado el cariño de sus súbditos. Y es que varios trabajadores de la Zarzuela han mostrado su completo rechazo a la mujer del  rey Felipe.

"Hay ocasiones en las que Letizia me provoca una sensación de orfandad, de que está sola. A veces parece que no tiene apoyo dentro de la Casa del Rey ni en la Casa Real", aseguraba un empleado.

"Cuando sea capaz no solo de ordenar, sino de mandar, las cosas cambiarán", señalaba. "La reina modificará la imagen que tenemos de la Institución, pero está aguantando porque sabe que aún no ha llegado su hora".

Además, hay quienes la acusan de ser el mayor enemigo del rey emérito. "Ella es quien más ha presionado a Juan Carlos para que abdique".

Iñaki Urdangarin, el enemigo número uno de Letizia

A pesar de que en un principio la reina Letizia se llevaba bastante bien con sus cuñadas, todo cambiaba drásticamente a raíz del caos Nóos. La implicación de Iñaki Urdangarin en el caso de corrupción, provocaba que el rey Felipe diese la espalda por completo a su hermana Cristina y le retirase todo el apoyo.

Así, la infanta lo pasó realmente mal viéndose sola ante el peligro y la relación que mantenía con su familia se rompía para siempre. De hecho, nada ha vuelto a ser lo mismo, y Cristina solo ha podido contar con su hermana Elena

Atrás quedaban esos veranos en Palma donde la familia al completo posaba sonriente y nada hacía presagiar los conflictos familiares. Lo que no se sabía, por aquel entonces, es que Urdangarin siempre fue una piedra en el zapato para Letizia. 

"Urdangarin siempre fue el enemigo número uno de Letizia en la  Familia Real, incluso antes de que estallara el caso Nóos", revela una persona que conoce muy bien a la reina. "Ni el rey ni las infantas. Iñaki".

Por lo visto, todo cambiaba a raíz de que Letizia descubría que Iñaki trataba de poner a Felipe en contra de ella.

De hecho, unos posteriores mensajes del exjugador de balonmano filtrados por la prensa pusieron en evidencia, tiempo después, que su cuñado se burlaba de ella. "Si antes la relación era fría, tras el caso Nóos se hizo insostenible".

Una carrera truncada

Convertirse en reina supone sacrificios, y renunciar a su faceta como periodista ha sido uno de los más dolorosos para Letizia. 

Al parecer, "ella intentó seguir ejerciendo como periodista. Durante tres semanas realizó llamadas insistentemente, proponiendo incluso ocupar puestos sin gran relevancia".

De hecho, parece que llegó a barajarse la posibilidad de habilitar un despacho desde el que la reina dirigiese programas especiales. 

Lamentablemente, resultaba casi imposible mantener el secreto. "Todo acabaría por magnificarse. Finalmente, la idea se desechó".