Rocío Carrasco ha explicado en su documental que le cuesta muchísimo ver las imágenes de Antonio David, porque innevitablemente le recuerda a la peor época de su vida. «Para mi es traumático, me hace daño emocional y físico.
Es muy traumático recordar todo eso y ver esas imagenes, y ver la impunidad con la que se puede hundir la vida de alguien».
«Era un terror, que estaba hecho con dos objetivos: crear escándalo público para que se pudiese lucrar y a ver si se queda sola».
La hija de 'la más grande' ha manifestado lo importante que era para ella romper cualquier lazo de unión con Antonio David Flores, ya que una vez que se habían divorciado y conseguido Rocío la custodia de los dos niños, todavía le quedaba dar un paso muy importante.
«A mis hijos siempre les decía que a ni me interesaba lo que pasara en casa de su padre, ni a su padre lo que pasara en la mía. Yo, mientras estuvieran bien, y no ocurriera nada de vital importancia como un tema de salud, no quería saber nada de su vida».
Así, el siguiente paso que le quedaba por dar a Carrasco para terminar con ese infierno, era conseguir la nulidad eclesiástica. Un paso que solo se atrevió a dar después de conseguir la custodia de sus niños.
«Tenía mucho miedo a que eso no saliese, pero cuando ya veo que la custodia es mía y me veo con esa seguridad, yo planteo la nulidad del matrimonio. Lo recuerdo como un día maravilloso, dentro de todo el caos y todo el agotamiento, fue un día muy feliz», ha recordado.
Rocío consiguió la nulidad en 2007, un año después de la muerte de su madre, lo que supuso un gran triunfo para ella. Sobre todo, tras todo el sufrimiento, y que le dejaba el camino libre a poder rehacer su vida al lado del hombre que ama, Fidel Albiac.
El Tribunal de la Rota declaró la nulidad debido a 'un caso claro de inmadurez' por parte de ambos. Y es que estipulan que «son incapaces de contraer matrimonio quienes carecen de suficiente uso de razón, quienes tienen un grave defecto de discreción de juicio acerca de los derechos y deberes esenciales del matrimonio; y quienes no pueden asumir las obligaciones esenciales del matrimonio por causas psiquícas».
Algo, que al parecer no le hizo nada de gracia a Antonio David, quien alegaba que «el que tiene poder, tiene poder», dando a entender que su ex había movido los hilos para conseguir la nulidad. «Pagando, le dan la nulidad a cualquiera».
En opinión de Carrasco, «a Antonio David no le sentó bien el tema de la nulidad, porque no le convenía dejar de ser el 'marido de', o 'el ex marido de', o perder ese nombre».
«Se me concede la nulidad, porque la pido yo. No hay ninguna mano negra, la nulidad no se puede pedir por cualquier cosa, se nos estudia psicológicamente a los dos, y se determina que somos inmaduros el uno con el otro para tomar el sacramento del matrimonio en el que lo hicimos. Determina que eres una persona inmadura para el otro».
A eso se suma que Rocío Carrasco podría haber alegado para obtener la ansiada nulidad, que Antonio David la había incitado a abortar a su segundo hijo, David. «Me acusaron de cosas muy feas, muy duras, simplemente con la intención de que se disolviera el matrimonio, y creo que se fue cruel conmigo».
En capítulos anteriores, ya Rociíto afirmaba que su ex le había hecho comentarios muy feos durante su segundo embarazo, llegando a decirle «vas a malparir a mi hijo». E, incluso la que fuese su suegra no dudaba en arremeter contra ella, asegurando que si David tiene un síndrome que le afecta a varias capacidades, es por culpa de su madre.