Desde un primer momento, era de vital importancia que el documental de Rocío Carrasco permaneciese como uno de los secretos mejor guardados de la televisión hasta que llegase el momento de anunciarlo a bombo y platillo en Telecinco.
Cualquier filtración podría haber puesto en riesgo el testimonio de Carrasco, por lo que el equipo encargado de su grabación y emisión siguió una rigurosa estrategia para proteger el valioso contenido.
Así, la Fábrica de la Tele, -productora del programa-, llegó a cambiar el nombre del espacio por otro tan llamativo como 'Proyecto Olivia'. Eso, aparte de emplear pseudónimos tan curiosos como 'Popeye' o 'Batman, el caballero oscuro' para sus protagonistas.
Así lo desvelaba la propia Carlota Corredera durante su paso por el 'Deluxe', donde confesaba que el secretísmo llegaba hasta tal punto, que ella misma se veía obligada a cambiar los nombres de esas personas en su móvil para que nadie descubriera de lo que se trataba.
De esa forma, los secretos de la grabación han permanecido a salvo hasta el final. Algo, que pone de manifiesto que la docuserie fue tratada casi como un secreto de estado desde el principio. De hecho, pocos detalles han trascendido acerca de la localización en la que se llevó a cabo el rodaje.
Una nave industrial alejada de miradas indiscretas y a la que solo tenían acceso los protagonistas, -Carrasco y su marido, Fidel Albiac, que acudieron a diario durante varias semanas, y el equipo encargado de grabar y montar las diversas tomas.
A lo largo del mes de marzo, en los pasillos de Mediaset ya se iba rumiando que la productora podría estar preparando algo muy gordo, pero nadie llegó a descubrir de lo que se trataba. Justo por eso, el anuncio de la emisión de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' en Telecinco, tomaba a todos por sorpresa, trabajadores de la propia productora incluidos.
La estupefacción en el plató de 'Sálvame' tras conocerse la noticia era tal, que ninguno de sus colaboradores se veía capaz de pronunciar palabra. Rocío Carrasco iba a romper su silencio tras más de 20 años.
En la cara de su ex, Antonio David, podían leerse la tensión y el miedo, aunque trataba de disfrazarlo bajo una apariencia de falsa seguridad. «¿Cuánto le han pagado?», llegaba a apuntar.
Las negociaciones no fueron fáciles, y comenzaron un año atrás, por lo que no cabe duda de que es uno de los secretos mejor guardados de la televisión hasta la fecha. Solo el reducido grupo que había participado en la realización del formato estaba al tanto.
Y, en cuanto a la forma en la que se gestó todo, fue la propia Rocío Carrasco la que se ponía en contacto con la productora de Telecinco para explicar que ya estaba lista para romper su silencio y contar la verdad.
Así, les pidió también consejo acerca de la forma en la que podía hacerlo, y ellos le dieron la respuesta: a través de un documental. «Necesito volver a vivir, salir de aquí y que me entiendan. Volver a la vida y que no me llamen mala madre, que se me escuche», aseguran que les dijo.
Además, Carlota Corredera aseguraba que Rociíto jamás pidió dinero a cambio, ya que su única intención era hacerse escuchar. Muchas informaciones apuntaban a que entraba en juego más de un millón de euros, pero tanto la productora como el representante legal de Carrasco lo negaron tajantemente.
La Fábrica de la Tele aclaraba a su vez que Rociíto había recibido «una contraprestación por la intensa labor desarrollada en las cuatro semanas de rodaje, pero infinitamente lejos de las cifras que se han publicado para invalidar su testimonio. Una cifra que jamás fue cuestionada, negociada, ni comentada por ella ni por nadie de su entorno. Rocío solo nos pidió que se la escuchara».