Sofía Mazagatos

Los problemas vuelven a atormentar la vida de Sofía Mazagatos: lo podría perder todo

Sofía Mazagatos está siendo investigada por la Audiencia Nacional por un posible fraude con la Agencia Tributaria

Nadie puede evitar caer en sus garras. Ni siquiera los famosos. Y es que la modelo Sofía Mazagatos se encuentra en pleno proceso de investigación por parte de la Audiencia Nacional.

El motivo es simple. Los problemas que tuvo con Hacienda  hace tiempo han provocado que en los juzgados se haya puesto a la madrileña en el punto de mira. Sin embargo, no es la primera persona conocida que investigan los tribunales, ni será la última. 

Ha despertado al 'dragón'

Actualmente, la Audiencia Nacional está analizando varios documentos relacionados con Sofía Mazagatos en las diligencias que tiene abiertas sobre el fiscalista Joaquín Arespacochaga López. El considerado cerebro de la trama del PSOE, es acusado de desviar 14 millones de euros de fondos públicos que iban destinados a la reindustrialización de la provincia de Cádiz.

Sofía Mazagatos
Sofía Mazagatos ha despertado al 'dragón' de Hacienda y la Audiencia Nacional | Europa Press

 

Con ese dinero, habría asesorado durante años a grandes fortunas como la familia Cotoner y el intermediario Massoud Zandi, empresas como Solaria y artistas reconocidos. Uno de ellos fue Bertín Osborne, que recibió la ayuda para crear estructuras 'offshore' y de esta manera poder evadir impuestos.

Pendientes a cualquier movimiento

En el caso del fiscalista, se investiga a la modelo madrileña por la creación de Gezira Internacional SL en el año 1998, ocupándose del cargo de administradora única. La sociedad se dedicaba a la “organización y explotación de toda clase de espectáculos públicos, de teatro, circo, variedades y folklore”. Además, realizaba la “contratación y representación de empresas y artistas de cualquier género”.

Sofía Mazagatos
Sofía Mazagatos tuvo varios fraudes con Hacienda | Europa Press

 

A raíz de esto, Hacienda realizó inspecciones a Sofía Mazagatos y a su empresa por discrepancias en las liquidaciones del IVA, el impuesto de sociedades y el impuesto de la renta. Ella dejó las reclamaciones en manos de Arespacochaga, para rebajar de cualquier manera su aportación a Hacienda.

Pillada con las manos en la masa

Los documentos que investiga el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional demuestran que el conflicto estaba relacionado con dos facturas presentadas por la sociedad de Sofía Mazagatos. La primera fue emitida por Utreya SL debido a "servicios de asesoramiento público y honorarios de intermediación".

Ante esta cuenta, Hacienda aseguró que ese servicio no ha sido prestado por dicha empresa y que este mercantil tenía como objeto la "explotación de inmueble". 

Fachada de la Agencia Tributaria
Hacienda inspeccionó a Sofía Mazagatos | EFE

 

Por otro lado, la segunda factura descartada por la Agencia Tributaria fue emitida por una sociedad de Madeira del mismo ámbito de Arespacochaga. La entidad portuguesa Azalea Comercio Internacional SA había aplicado el IVA que estaba en vigor en ese momento en España y no el que regía para su territorio.

No hay dos sin tres

Además, se puede certificar la muestra de una tercera sociedad, Vortex Consulting SL, cuyo administrador compareció ante Hacienda para declarar que su firma había sido falsificada en los documentos mencionados.

En el año 2011, la Agencia Tributarias notificó a Sofía Mazagatos el resultado de la inspección, después de haberlo intentado sin éxito en varias ocasiones. A partir de ahí, la modelo madrileña tuvo 15 días de plazo para comparecer voluntariamente en su Departamento de Recaudación.

Sofía Mazagatos
Sofía Mazagatos vuelve a ser el centro de atención por sus problemas con Hacienda | Europa Press

 

Quien la ha visto y quien la ve. Una mujer que triunfó en las pasarelas durante los años 90 y obtuvo el título de Miss España. Además, participó en series y programas de diferentes cadenas de televisión. 

Después de estar un tiempo sin mostrarse al público, Sofía Mazagatos vuelve a estar en el punto de mira, aunque esta vez no es en el buen sentido.