La infanta Elena es quizás uno de los personajes más enigmáticos de la familia real y que lleva una vida de lo más alejada del escrutinio mediático. De hecho, poco o nada se sabe acerca de su día a día salvo que le encanta coleccionar bolsos de marca o visitar la finca de su amiga Rita Allendesalazar.
A pesar de tener una familia muy numerosa, se lleva con muy pocos miembros de la misma. Además, tiene fama de ser muy reservada, e incluso resultar algo antipática.
"A mí, Elena no me cae bien porque es taurina y tan antipática como era su tía Pilar, a pesar de su fama de castiza y campechana", señala Eyre. Eso sí, parece ser que también tiene un peculiar sentido del humor del que muy pocos disfrutan.
La infanta sí que está muy unida a su hermana Cristina, a la que ha apoyado durante uno de los tragos más amargos de su vida, cuando Iñaki Urdangarín estuvo encarcelado. Ella era de las pocas visitas que recibía su cuñado durante los años que permaneció encerrado en la prisión de Brieva.
Sin embargo, la relación con su hermano Felipe se ha enfriado mucho, y más teniendo en cuenta que la infanta y la reina Letizia no se soportan. De hecho, y según desvela Pilar Eyre en su blog de Lecturas, "no se saludan, no se dirigen la palabra, no cruzan ni una mirada, la tensión se puede cortar con un cuchillo".
Según la periodista, "Letizia, que no se ve obligada a hacer con ella ningún paripé como los que no tiene más remedio que llevar a cabo con su suegra".
La infanta Elena y su vida alejada del escrutinio público
En su blog, Eyre ha profundizado en la verdadera cara de la hija más desconocida de los reyes eméritos. Comenzando por su matrimonio con Jaime de Marichalar, que terminó siendo una vía de escape para huir de casa.
"Me perseguía y al final dije que sí", confesaba sin pudor alguna la infanta a los periodistas. "Según dicen, solo fue feliz los dos primeros años de matrimonio, pero cuando ya se planteaba separarse a Jaime le dio un ictus y el divorcio quedó descartado", detalla Pilar Eyre en su blog.
"La infanta se mantuvo a su lado en esos años ingratos, en los que llegaron a pasar privaciones económicas", añade la periodista. Sin embargo, el rey Juan Carlos se opuso rotundamente a la posibilidad de un divorcio.
"Yo le he dicho que no lo hiciera, que una mujer divorciada en España es un cero a la izquierda. ¡Los divorcios solo favorecen a los hombres!", opinaba el emérito, que temía por el futuro que le esperaba a su hija.
Eso, a pesar de que la familia le despreciaba por completo y ni siquiera se molestaban en hablar con él. "Yo compartí unas horas en un ámbito privado, el Real Club de Polo de Barcelona, con Juan Carlos, sus hijas, el yerno y sus nietos, ya que Elena concursaba", narra Pilar.
Al parecer, mientras el rey bromeaba y se mostraba cariñoso con todos los allí presentes, nadie le dedicaba ni una triste mirada a Marichalar, que ni se molestaba en relacionarse con el resto.
"Con todos estaba cariñoso, excepto con Marichalar. Nadie le dirigió la palabra en las tres horas largas que duró la competición", asegura la periodista.
Eso llevó a la infanta Elena a tomar la decisión de separarse de su marido, a pesar de la negativa de su padre. "Primero, con aquel célebre comunicado del 'cese temporal de la convivencia', y después vino el divorcio, pero la pareja no ha anulado su matrimonio".
Justo por ser tan creyente, en estos últimos catorce años no ha vuelto a empezar ninguna relación. "Son infundados los romances que se le han atribuido".